Año CXXXVI
 Nº 49.669
Rosario,
jueves  21 de
noviembre de 2002
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Increíble ataque contra el suegro del arquero Bonano
Le sacó la capucha al asaltante y descubrió que era su nieto
Cuando lo reconoció, el cómplice le dio un fierrazo en la cabeza que obligó a su internación. Al no poder robar los dos jóvenes se escaparon. Pero fueron detenidos

Eduardo Caniglia / La Capital

Ayer al mediodía Juan Carlos Vignale salió corriendo a la vereda con la cabeza ensangrentada. Unos segundos antes, dos jóvenes habían entrado a su supermercado de la zona norte de la ciudad para robar y el comerciante apenas podía hablar. Estaba casi inconsciente y turbado. Había librado una dura pelea con dos muchachos menudos para impedir el atraco y parecía tan ofuscado como azorado. Uno de los ladrones que estuvo a punto de estrangularlo era su nieto. Lo había comprobado luego de despojarlo de la capucha que cubría su rostro. Al muchacho la policía lo atrapó en una casa de fin de semana de su otro abuelo, el materno. Y a su cómplice lo detuvieron cerca del comercio asaltado. Anoche, Vignale estaba internado en el Hospital Español recuperandose del tremendo golpe que le asestaron en la cabeza con una herramienta de hierro.
El comerciante tiene 63 años y es el propietario del supermercado Maribel de Cordiviola 770, a pocas cuadras del Gigante de Arroyito. Precisamente su yerno es un emblema del barrio: Roberto Tito Bonano, ex arquero canalla que hoy juega en el Barcelona de España y en la selección nacional.
A la 1 de la tarde de ayer, en el local que lleva el nombre de la mujer del ex guardameta de Central sólo estaban el comerciante con su esposa, Ana Baltazar. Entonces irrumpieron dos muchachos. Uno de ellos estaba encapuchado y enseguida Vignale supo que se venía el asalto. Primero, los ladrones trataron de inmovilizarlo para que les entregara la recaudación.
El suegro de Bonano es un hombre robusto y los dos muchachos delgados no le inspiraron temor. Al ver que no estaban armados decidió resistirse al atraco. Forcejeó con ellos a pesar de que la pelea parecía desigual. Cuando los golpes se sucedían, Vignale estiró uno de sus brazos y logró sacarle la máscara que cubría la cara de uno de los asaltantes.
Apenas vio el rostro, el comerciante se paralizó. No podía creer que el muchacho con el que peleaba era su nieto. Cuando no había salido del asombro, el chico le lanzó una frase. "Ahora te voy a tener que matar", gritó.
Al menos el otro chico pareció dispuesto a cumplirlo. Con un caño para sacar bujías le partió la cabeza. Chorreando sangre, el comerciante no se entregó y estuvo a punto de perder los dientes. "Le mordió al nieto una mano y le dio algunos golpes", explicó una fuente policial.
Cuando los ladrones se dieron cuenta de que ya no les resultaría fácil cometer el atraco apelaron a un recurso más brutal. Le anudaron a Vignale un cable de luz al cuello. Lo hicieron con tanta violencia que casi lo asfixiaron.
El arribo de los vecinos impidió que lo mataran. Entonces, los jóvenes escaparon por los techos de las casas vecinas con el dinero y los cheques que habían sustraído.
Con las pocas energías que le quedaban, el suegro de Bonano caminó hasta la vereda. Sus gritos pidiendo ayuda alertaron a los vecinos. Uno de los primeros en acudir fue Gustavo, el dueño de una verdulería de Ibarlucea y Cordiviola. "Estaba golpeado e inconsciente. No podía hablar mucho. Lo primero que hizo fue pedir una ambulancia. Después nos explicó que lo habían robado", comentó el comerciante.
Desesperado, Gustavo les pidió a los vecinos que llamaran al Sies porque él "no tiene teléfono". El móvil sanitario llegó veinte minutos después y unos cinco minutos antes arribaron efectivos de la comisaría 9ª y del Comando Radioeléctrico. "Fue un momento muy duro y feo", recordó con sorpresa Gustavo. Antes de que lo atendieran Vignale les había dicho a la personas que lo socorrieron que su nieto era uno de los hombres que lo habían asaltado.
Al comerciante lo internaron en observación en el Hospital Español. Cuando habían transcurrido escasos minutos después del asalto, a uno de los ladrones lo atraparon cerca del supermercado. Se trata de Gonzalo Ojeda, de 19 años y tiene antecedentes penales.
Un rato después, cayó el nieto del comerciante. A Edgardo Javier Vignale, de 21 años, lo detuvieron en una casa de fin de semana de Granadero Baigorria, cuyo propietario es el abuelo materno del muchacho. Cuando lo arrestaron tenía rasguños en el cuello y marcas en el cuerpo.



El comercio lleva el nombre de la esposa del arquero. (Foto: Néstor Juncos)
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