Año CXXXVI
 Nº 49.668
Rosario,
miércoles  20 de
noviembre de 2002
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Había quedado libre por colocar una bomba de estruendo en un baño
Polémica en una escuela de Chabás por la reincorporación de un alumno
Educación modificó la sanción adoptada por las autoridades del colegio. Los padres respaldan a la directora

Gustavo Orellano / La Capital

Chabás. - Una gran polémica se instaló en una escuela de este pueblo luego de que el Ministerio de Educación de la provincia modificara una sanción para reincorporar como alumno regular a un estudiante de quinto año que había quedado libre por colocar una bomba de estruendo en el baño de mujeres. La decisión de la cartera educativa sobrevino tras una audiencia de conciliación convocada por la Justicia, luego de que los padres del menor interpusieran un recurso de amparo en los Tribunales casildenses. No conformes con la resolución, las autoridades escolares estarían evaluando su renuncia, lo cual está movilizando a un grupo de padres en su apoyo y hoy realizarían una manifestación en las puertas del establecimiento.
El caso mezcla una travesura peligrosa que afortunadamente no ocasionó más que daños materiales con viejas rencillas de pueblo que incluso trascienden las paredes de la Escuela de Enseñanza Media 222 Pascual Chabás. Tal vez por eso todavía prima el hermetismo, sobre todo de los docentes, aunque todo el pueblo habla del tema desde hace meses.
Todo comenzó el pasado 12 de julio, pocos días antes de las vacaciones de invierno. Esa mañana una fuerte detonación asustó a toda la escuela. Primero creyeron que la explosión provenía de un calefactor pero más tarde se comprobó que se trataba de una bomba de estruendo colocada en el baño de mujeres. La onda expansiva destruyó parte de la mampostería y sanitarios. Los bomberos revisaron el lugar y dieron intervención a la policía para que actuara de oficio.
Los docentes iniciaron una serie de averiguaciones que concluyó con la confesión de dos estudiantes de quinto año que reconocieron su autoría. A partir de allí, la directora se reunió con el grupo de profesores de 5º año y, tras evaluar la situación, consensuó suspenderlos por 15 días, aunque algunos querían expulsarlos.
Si bien inicialmente las sanciones fueron aceptadas en forma verbal, los padres de uno de los suspendidos (el otro joven abandonó el colegio) presentaron un recurso de amparo ante la Justicia, que convocó a una conciliación entre la familia y la autoridades de la escuela y de la Región V de Educación.
En esa instancia la Justicia dispuso que el ministerio resolviera la cuestión en 48 horas. Por eso la cartera resolvió por vía administrativa impugnar la pena original y cambió las suspensiones por amonestaciones, así el alumno podría conservar su condición de regular y evitar perder el año lectivo. Cuando fue reincorporado tuvo que rendir los exámenes que perdió en el segundo trimestre, cuando, amparo mediante, asistía en calidad de oyente merced a una orden judicial que algunos cuestionan.
El ministerio consideró que la pena era excesiva porque el alumno no contaba con antecedentes de mala conducta y tenía buenas calificaciones. Sin embargo, hay versiones que adjudican la decisión al interés de la cartera de evitar un supuesto juicio que el padre del alumno habría pensado iniciar.
La resolución causó malestar entre los directivos y docentes del colegio, pero nadie quiere hablar sobre el tema. Trascendió que la directora, Nora Reina, y la vicedirectora, Ivana Segurado, querrían renunciar como consecuencia del disgusto que les causó este desenlace. A pesar del total hermetismo que hay en la escuela, todo el pueblo habla del caso e incluso algunos vecinos empezaron a juntar firmas para respaldar a las docentes.

Aplicado pero travieso
En la escuela nadie cuestiona la capacidad del estudiante, quien tiene un promedio de casi nueve. "Es muy aplicado pero algo travieso", reveló una fuente. Lo que que se critica es la actitud que tuvieron las autoridades de Educación al rever la sanción que había aplicado el colegio. Sin embargo, algunos respaldan la rectificación disciplinaria y sostienen que "se hizo lo correcto porque primó el derecho a estudiar y la escuela no le había dado la posibilidad de defenderse". En rigor, el estudiante no fue expulsado directamente, pero había quedado libre porque con los días de suspensión superaba la cantidad de faltas permitidas.



EEM 222, el escenario de la peligrosa travesura.
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Fuerte cuestionamiento a la decisión del ministerio
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