Año CXXXVI
 Nº 49.664
Rosario,
sábado  16 de
noviembre de 2002
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Caso Gauna: ratifican denuncia de gatillo fácil
El menor que acompañaba a la víctima en el momento del crimen no pudo declarar ante el juez Caterina

Un menor que presenció la dudosa muerte de Carlos Angel Gauna a manos de un suboficial del Comando Radioeléctrico ratificó ayer que el joven resultó virtualmente fusilado cuando se encontraba en el suelo y desarmado. El testigo, sin embargo, no pudo declarar ante el juez que investiga el caso porque a raíz del mismo episodio fue imputado de robo.
Gauna, de 20 años, murió el 8 de agosto pasado, en un baldío de Urquiza y Larrea, luego de ser baleado por un suboficial del Comando Radioeléctrico. En ese momento se encontraba junto a un amigo, Ezequiel, de 17 años. La policía sostuvo que en el lugar hubo un tiroteo, versión rechazada por los familiares y los vecinos de la víctima.
El abogado que patrocina a la familia del joven, Carlos Varela, ya presentó seis testigos. Tres de ellos brindaron su testimonio el jueves. Se trata del padre de Carlos, Omar Gauna, la abuela y un vecino. Este hombre indicó, según contó Gladis Gauna, madre de la víctima, que "escuchó cuatro disparos apenas llegó el móvil del Comando Radioeléctrico", pero no vio al policía "tirando arriba del tapial".
Por su parte, el juez Luis Caterina señaló a La Capital que Ezequiel no pudo declarar como testigo porque está imputado en el Juzgado de Menores Nº2 por un delito que no pudo precisar. "En el lugar había varias personas y no sabemos qué estaban haciendo", explicó.
En diálogo con este diario, el menor recordó que el mismo día del suceso brindó detalles del episodio en la comisaría 12ª, donde estuvo algunas horas demorado. Y al día siguiente ratificó sus dichos en la Jefatura de la Unidad Regional II.
Ezequiel se mostró sorprendido cuando ayer a la mañana se presentó en el juzgado de instrucción Nº3 y no pudo relatar lo que sucedió el 8 de agosto pasado. "Me enteré recién hoy (por ayer) que estoy imputado por robo. Además me dijeron que no podía hacerlo porque soy menor de edad". Además el chico negó la acusación por ese ilícito.
Ezequiel volvió a reconstruir el episodio. "Estábamos jugando a la pelota en Urquiza y Larrea. Se cayó la pelota al baldío. Con Carlos nos metimos en el baldío para buscarla. Adentro había cuatro cirujas juntando chapas. Llegamos al medio del terreno. Y ahí vi a un tipo apoyado sobre el tapial de la casa de una vecina. Era un policía. No dijo «alto y están detenidos». Lo reconocí por las botas negras y por los pantalones que tienen bolsillos al costado y parecen de gaucho. Se acomodó y empezó a disparar y nos tiramos al suelo".
Carlos se desplomó al suelo y cuando Ezequiel levantó la vista "ya no vio más al policía". Entonces el muchacho le dijo a su amigo "vamos Carlos", pero no le respondió. "Lo di vuelta y vi que tenía la cara ensangrentada", explicó Ezequiel.
El chico salió corriendo para llamar a una ambulancia y para avisarle a Omar, el padre de Gauna. Cuando Ezequiel y Omar entraron acompañados por un policía al descampado, el muchacho ya agonizaba. Un proyectil calibre nueve milímetros le había atravesado la cabeza, detrás de la oreja.
Ayer a la mañana, Ezequiel estaba desolado. "Tenía la esperanza de que se esclarezca (el hecho). Ahora no sé. El juez no investiga la muerte de mi amigo, y sí lo hace conmigo".


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