Carlos Roberto Morán / La Capital
Elisa Carrió admitió la posibilidad de que el ARI provincial articule una alianza con el socialismo santafesino y manifestó tener un "profundo respeto" por el intendente Hermes Binner, con quien confirmó haberse reunido "hace dos semanas", encuentro que hasta el momento no se había hecho público. La candidata presidencial marcó en cambio sus diferencias con el gobernador Carlos Reutemann, a quien lo hizo responsable del proyecto de modificación de la ley de lemas que presentó anteayer el diputado justicialista Ariel Ugalde.
La diputada no tomó en cuenta para nada al legislador provincial sino que todos sus dardos fueron dirigidos a Reutemann: "No se deben copiar las peores formas si se pretende ser diferente a muchos candidatos justicialistas", le enrostró, y lo acusó directamente de los cambios que se quiere introducir en la normativa electoral.
Para Carrió, la ley (de lemas actual) se armó "a medida del Partido Justicialista de Santa Fe, y ahora, como esa misma ley que lo beneficiaba lo perjudica, tiene que modificarla". Lilita le reclamó luego a Reutemann que demuestre "con los hechos y no con el silencio" que es diferente a los demás.
Carrió estuvo ayer en Santa Fe, donde desplegó una intensa actividad durante toda la jornada, que incluyó una disertación pública, una extensa conferencia de prensa, reuniones con sus partidarios y una visita a un barrio periférico de la capital provincial, Santa Rosa de Lima.
-¿Su ruptura con el socialismo implica que no va a establecer ningún tipo de acuerdo con Binner?
-Tengo un profundo respeto por el intendente de Rosario. Creo que muchísimas de las declaraciones que han salido publicadas no tenían ningún asidero porque nunca había tratado personalmente con Binner. Tuve una reunión con él hace dos semanas. Nosotros respetamos los liderazgos políticos y sociales, y esto lo decidirá el partido ARI de Santa Fe con el socialismo en Santa Fe. Quiero decir con claridad que puede perfectamente haber alianzas en muchos lugares del país sin perjuicio de lo que se decida a nivel nacional.
-¿Eso quiere decir que se mantiene la posibilidad de una alianza entre el socialismo y el ARI?
-No voy a opinar sobre esto; eso está en manos de la comisión. Las resoluciones políticas pueden ser distintas, eso lo decidirá el partido, pero las personales son definitivas.
-¿Qué opinión tiene sobre el diputado Alfredo Bravo?
-Tengo un afecto personal por él, enorme y permanente, que está más allá de la política. Pero yo independizo la política de las cuestiones personales. No se olviden que me pude separar de Alfonsín.
-¿Ya decidió quién va a ser su candidato a vicepresidente?
-No sabemos todavía, y si lo supiera no lo diría.
-¿Concurrirá a la reunión convocada por el presidente Duhalde a gobernadores y líderes parlamentarios?
-¡A Olivos no voy! Si no fui cuando estaba De la Rúa, se imaginan que no voy a hacerlo ahora. Esos escenarios donde se juntan los gobernadores y firman esos acuerditos, son lastimosos. Nosotros seguiremos defendiendo lo que venimos defendiendo hasta ahora. Alguno se descompondrá (guiño al público en obvia alusión a Reutemann), otros irán, esto es una cuestión que depende del presidente de la República y de los gobernadores. Pero nosotros no nos descomponemos, directamente no vamos.
-¿Qué opinión tiene sobre Reutemann?
-No voy a opinar sobre Reutemann. Ustedes saben, es lindo Reutemann (guiño y sonrisas) Es lindo, nada más.
-¿Y sobre otros dirigentes que han decidido por ahora dar un paso al costado?
-Tengo una apuesta de una fe absoluta de que este país cambie, y esa es una pelea; el camino es la victoria, pero eso no quiere decir que yo sea presidente. No pasa por un interés personal sino por un interés colectivo. Lo que sí está muy claro y habla a mi favor es que en este campo todo el mundo se borra, y ahora en el campo de la centroizquierda hay una mujer que dijo: «doy la batalla y no abandono». Este es un mérito, porque el que no está descompuesto se va, y otro dice espero para mejor momento, y el único que dice que sí, que sigue bajo cualquier condición es Menem.
-Usted realiza una crítica muy fuerte...
-Acá no es momento de decir cómo me va a ir personalmente. Es un momento de renunciamiento y de entrega. Me parece que hay que poner el cuerpo a pesar de que te lastimen como me han lastimado, y de la manera más perversa.
-¿Se refiere a Zamora?
-Estoy hablando de todos, de Reutemann, de Zamora..., estoy hablando de los que renuncian, de los que no se hacen cargo. Estoy hablando de hombres decentes de este país que protegen más su persona que el desafío de un pueblo que está en el límite del hambre. Estoy diciendo que por un país uno se juega porque si no no hay destino, aunque eso te lleve la vida, aunque esto tenga un costo personal y político enorme.
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