El cantante mexicano Luis Miguel se fue de parranda hasta las cinco de la madrugada del jueves y se emborrachó en un restaurante de mariscos de Santiago, donde se puso sentimental escuchando a Julio Iglesias, según el diario La Tercera de Santiago de Chile, donde el cantante se presenta hoy, antes de su actuación en la Argentina la semana próxima.
Un testigo de la velada de trasnoche indicó al rotativo que Micky "¡estaba enfermo de borracho! Ni siquiera podía hablar bien y tenía la voz traposa. Además, pidió otras dos botellas de vino que se tomaron entre las seis personas que andaban. Y hasta se puso medio sentimental escuchando a Julio Iglesias".
La versión añade que el cantante estaba tan mareado que las medidas de seguridad se extremaron para sacarlo del restaurante y sus seis guardias usaron bolsas plásticas negras para pegarlas en las ventanas como cortinas, para impedir que fotógrafos o camarógrafos pudieran retratarlo.
Según Coco Pacheco, el chef y dueño de Aquí Está Coco, el restaurante donde estuvo el cantante, dijo que Luis Miguel sólo cató los vinos en su local y compró tres cajones del vino Monthe Alpha M, para la bodega de más 10 mil botellas que el vocalista posee en Acapulco. Además aseguró que lo vio "delgado, simpático y maduro".
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La Ciudad
