Mauricio Maronna / La Capital
Ricardo López Murphy está entusiasmado con su candidatura presidencial y marca la cancha ideológica. Descarga un rosario de críticas hacia "ellos", un giro verbal llamativo para describir a sus adversarios: "Los populistas". El candidato del Movimiento Federal Recrear (MFR) tiene cara de malo, le imprime a sus palabras un tono grave, pero en la intimidad suele darse tiempo para las ironías. Fanático del mítico grupo Pink Floyd, López Murphy prefiere, sin embargo, dejar de lado sus referencias musicales y direcciona sus dardos hacia los adversarios cercanos: "Nosotros somos como el vino: el tiempo nos mejora; ellos son como las rosas cortadas: se deterioran, se marchitan".
-El diario La Nación recogió declaraciones suyas diciendo que quería elecciones en septiembre.
-Lo que yo dije en esa oportunidad (lo que salió publicado es otra historia) es que el término institucional ordenaba elecciones en septiembre. Mi posición pública fue: "Fijemos el cronograma, quitémosle incertidumbre y no lo hagamos manipulable por la interna justicialista". En los hechos lo que está ocurriendo es que la interna justicialista se puso fuera de control hasta para los peronistas y afecta gravemente el proceso institucional. Están utilizando a los jueces para la conciliación, como si se tratase de una pareja desavenida. Es un escándalo... Nosotros somos como el vino: el tiempo nos mejora; ellos son como las rosas cortadas: se deterioran, se marchitan.
-¿Quiénes son "ellos"?
-El otro partido. El partido del populismo, de la demagogia, del régimen que nos ha gobernado. Nosotros somos la alternativa a eso, una fuerza que le ofrezca a la Argentina otra dirección, otra credibilidad, otra reputación, otro prestigio, otra seriedad. Que le devuelva a la gente la sensación de que el progreso y el futuro son posibles. Tengo la convicción de que hay un mundo mejor para los argentinos.
-Usted hace permanentemente mención al populismo. Desde la izquierda se dice que ve la realidad solamente con su "ojo derecho", con el discurso del establishment y que se olvida de que hay un 53% de pobres.
-Eso es una tontería, ni siquiera es una reflexión ideológica, es un insulto a la inteligencia. Populismo es desconocer la vinculación entre medios y fines, populismo es el infantilismo de destruir la moneda devaluando, populismo es creer que apostando a la irracionalidad vamos a tener un mejor destino. Nosotros no nos sentimos representantes de una fracción de la geometría política de la Revolución Francesa; no nos sentimos tampoco un partido de elite. Es al revés: estamos construyendo una fuerza profundamente popular. Es un insulto que nos digan elitistas y que no vamos a discutir el poder. Nosotros vamos a formar el otro partido, el partido que les va a disputar el poder a quienes nos llevaron al deterioro más grande desde la Segunda Guerra Mundial, a los que generaron una de las distribuciones de la riqueza más regresivas, a los que les han hecho perder al país su posición relativa en el mundo. Los populistas no están en condiciones de darnos cátedra. Le voy a hacer una pregunta...
-Hágala.
-¿Usted qué cree que pensarían Blair, Schroeder o Lagos? ¿Con quién coincidirían más, con las variantes populistas criollas o con nosotros?
-No me haga tomar partido.
-(Risas). Pero vayamos al frente, al debate. Ellos me esquivan el debate y yo los desafío. La desgracia para todos ellos es que yo lo conozco, discutí esos problemas. ¡Claro! Me dicen que yo me refiero siempre a los líderes de la socialdemocracia europea o a Chile, que es un caso aparte. ¡Pero ahora les tengo preparado un episodio insólito! ¿Qué hará el gobierno de Lula? Ahí los estoy esperando... Lula salió a buscar un programa de apoyo del FMI, del Banco Mundial y del BID, proponiendo a Brasil un programa serio y responsable como corresponde. Ahora los populistas argentinos van a decir que Lula también es de centroderecha.
-Pero el que marcha al frente de las encuestas es Rodríguez Saá, que declaró, con festejo incluido, el default.
-Eso indica que tengo que realizar una tarea gigantesca para formular una alternativa y evitar que predomine en la sociedad una visión equivocada.
-Leopoldo Moreau dijo que su propuesta económica es la peor de todas.
-(Se enoja). Lo que representa Moreau es exactamente la antinomia de lo que yo represento. Los que coinciden con Moreau no estarán jamás al lado mío. Moreau es el defensor intelectual de la pesificación asimétrica, de la devaluación sin plan. Me conviene que Moreau hable de mí todo lo que quiera, ojalá le den micrófono en todos lados, para nosotros es muy eficaz.
-Muchos radicales santafesinos están dispuestos a votarlo a usted.
-Tenemos los brazos bien abiertos, queremos absorber como una esponja a lo más valioso de la sociedad.
-Usted fue partícipe del fracaso de la Alianza...
-(Interrumpe). La coalición tenía una gran fragilidad en materia programática y una gran contradicción. Usted dijo lo de Moreau y lo mío... Es un ejemplo de lo que pasó. La coalición que ahora formamos está dispuesta a pagar costos y a hacerse cargo del gobierno. La economía tuvo una caída muy dramática durante el primer semestre, pero ahora no vivimos una recuperación, simplemente hemos evitado que la situación se siga deteriorando. Si se actúa con racionalidad hay espacio para la reactivación. En un clima de menor crispación habrá más espacio para propuestas racionales. Yo, como en su momento Lisandro de la Torre, me siento muy cómodo polemizando.
-Los empresarios de Idea lo eligieron como el candidato preferido. Pero en segundo lugar aparece Menem, quien es muy resistido por la sociedad.
-Nuestra propuesta les gana a todas las demás en los lugares donde prevalece un análisis racional. Y en los sondeos por Internet sucede lo mismo... Nosotros logramos un gran ascendiente en la opinión pública que lee diarios, que ve programas de opinión, en los empresarios. Esperamos que ese ascendiente actúe gravitatoriamente en el resto de la sociedad. ¿Por qué Menem salió segundo? Porque hay que evitar que se borre esa idea que los justicialistas le quieren meter al país: que ellos mismo serán oficialismo y oposición. Yo estoy acá para evitar eso y los voy a enfrentar. Hay una lectura equivocada sobre la inevitabilidad del triunfo de esta gente. El sistema tiene ballottage: que la gente vote en primera vuelta por lo que considera mejor, y en la segunda vuelta vivirá un mes estremecedor, construyendo la posibilidad de que esta vez ganen los mejores. Vamos a vivir un tiempo fantástico, la historia será diferente.
| |
La Ciudad
