Año CXXXV
 Nº 49.658
Rosario,
domingo  10 de
noviembre de 2002
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San Luis: La de una vereda sola
La Fiesta Nacional de la Calle Angosta se realizará entre el 29 del corriente y el 8 del mes próximo, en Villa Mercedes

Corina Canale

A comienzos del siglo pasado, una calle angosta en los arrabales de Villa Mercedes convocaba a los noctámbulos de la segunda ciudad de San Luis. Cuando la noche mercedina se llamaba a sosiego y sólo permanecían las luces tenues de los refugios "non sanctos", los señores buscaban el último trago en los boliches de esa callecita sin nombre donde crecían los álamos.
De un lado las tierras del ferrocarril, con sus campanillas violáceas y silvestres, del otro, las casas y la única vereda, alta y despareja, y en el medio, esa calle que entonces era de tierra y ahora de adoquines. Y en uno de sus extremos los álamos altos, y allá, al final, el molino harinero que supo de mejores tiempos.
Los boliches eran los típicos almacenes de ramos generales, donde convivían las cebollas y las puntillas, y el centro de la vida social del pueblo. En esos días un chico oriundo de Ojo de Río cumplía con los mandados para su madre y escuchaba a los guitarreros; tanto los escuchó que sus manos aprendieron el lenguaje cantarino de las bordonas.
Cuando apenas tenía nueve años los Reyes Magos le trajeron con mucho esfuerzo una guitarra. El chico se llamaba José Zavala y siempre supo que alguna vez le cantaría a la "calle angosta de una vereda sola". A la calle de los boliches de Don Miranda, Don Manuel y Don Calixto.
Con el tiempo José fue el mentor de lo que hoy es la fiesta grande de San Luis: la Fiesta Nacional de la Calle Angosta, que se realiza en la primera semana de diciembre y convoca a lo mejor de la música cuyana y a otras manifestaciones de la cultura.
Una fiesta que tiene un anfiteatro para seis mil personas en los terrenos aledaños a la calle angosta, tierras que a comienzos del siglo pasado eran del viejo ferrocarril Buenos Aires al Pacífico. El escenario principal fue bautizado Alfonso Zavala, nombre del dúo de guitarreros mercedinos que acompañó a Los Trovadores de Cuyo, el legendario conjunto de don Hilario Cuadros.
Lo que José Zabala nunca imaginó fue que esa cueca que había escrito en España en 1964, durante una gira de nueve meses que realizó con Juan Carlos Mareco, iba a ser la simiente de una fiesta popular.
Sus amigos decían que esto siempre le parecía extraño porque la letra era muy localista y hablaba de personajes mercedinos. Pero sabían que para él esa callecita de su infancia tenía cierta magia, que sentía que estaba en deuda con ella.
Para el profesor Jorge Pastor, esta fiesta tiene algo que no posee ninguna otra: ha nacido de una canción, de la descripción poética de una calle, que en los álamos comienza y en el molino termina. Una historia que cuenta que allí estaban los boliches a los que la gente iba los domingos, después de la misa, a tomar un copetín y a conversar.
La mención a los álamos es porque la calle está flanqueada por esos árboles, pero el molino no es el típico de aspas, sino un establecimiento molinero muy importante al final del callejón. De alguna manera el fenómeno de la calle angosta se parece al del boliche de Valderrama, en Salta, que también se hizo famoso por la canción.
Para Irene Ferrer, oriunda de Villa Mercedes y miembro de la comisión de cultura de la fiesta, otros de sus mentores fueron los historiadores Camilo Quiroga y Edmundo Tello Cornejo.
Por estos días llegan los artesanos que vienen a mostrar sus trabajos, mientras que los patios de comidas se preparan para recibir a los visitantes, y las mujeres mercedinas se esmeran en amasar empanadas y cocinar el exquisito chivito con chanfaina.
También se prepara una nueva edición del Encuentro Nacional de Muralistas, que convoca a artistas de todo el país. Precisamente el éxito de este encuentro posibilitará que Villa Mercedes se convierta en la Capital de los Muralistas. La "callecita angosta" también se prepara con actividades para los chicos y para los jóvenes. Este año la fiesta comenzará el 29 del corriente y culminará el 8 de diciembre. La celebración empieza al grito de: "Despiértate calle angosta, tu pueblo te está cantando".



Boliche de Don Miranda, centro de la vida social.
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