Año CXXXV
 Nº 49.654
Rosario,
miércoles  06 de
noviembre de 2002
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Sobreseyeron a un garrafero que mató en defensa propia

Un juez sobreseyó a un distribuidor de gas que se tiroteó y mató a un ladrón cuando intentaba asaltarlo, el 2 de octubre pasado. Después de reconstruir el episodio, el magistrado entendió que el homicida actuó en defensa propia y por eso lo desincriminó y lo dejó libre. También dispuso que sea sometido a un tratamiento psicológico para superar los traumas que padece como víctima de varios atracos violentos.
La decisión involucra a Fernando Esteban Pezzella, de 38 años, quien estaba imputado del homicidio de Gilberto Pablo Silvano, de 42. El crimen ocurrió a las 9 de la mañana, en Pueyrredón al 4100.
Pezzella se encontraba repartiendo garrafas de gas junto a un empleado. Iba en su camioneta Rastrojero y se detuvo frente a una casa cuando fue interceptado por Silvano. El ladrón lo apuntó con un arma, le dijo que le entregara el dinero y casi inmediatamente abrió fuego.
Pero el garrafero también estaba armado y apretó el gatillo dos veces. Uno de los disparos impactó en el cuerpo de Silvano, quien sin embargo alcanzó a entrar corriendo en los pasillos de una villa de las inmediaciones. Murió un rato después en el Hospital de Emergencias.
El homicida empleó una pistola del calibre 9 milímetros (una Taurus Millenium) para defenderse. La había comprado y registrado a su nombre luego de sufrir varios asaltos, tanto en su negocio como en la calle. En varios de esos episodios lo habían atacado a balazos y en uno uno de ellos lo hirieron en el abdomen.
Estos episodios previos fueron especialmente tenidos en cuenta por el juez de Instrucción Carlos Triglia a la hora de definir la situación procesal del garrafero. Lo mismo sucedió con los antecedentes de Silvano, quien registraba al menos dos condenas por robo a mano armada.
El magistrado juzgó que el comerciante actuó en defensa de su propia vida y lo sobreseyó de la acusación por homicidio. Para eso tuvo en cuenta el relato del acusado y el de varios testigos, entre ellos el empleado del garrafero que lo acompañaba cuando Silvano intentó asaltarlos. Entre los testimonios se destaca el del hermano del ladrón, quien le dijo al juez que Silvano consumía drogas y que ese día estaba "reacelerado".
Además, Triglia prestó especial atención a la reconstrucción que le sirvió para dar por probado que, tal como lo afirmaron el homicida y los testigos, el repartidor actuó ante una agresión de Silvano.


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