Año CXXXV
 Nº 49.653
Rosario,
martes  05 de
noviembre de 2002
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Dos millones de firmas para "echar a Chávez"

Caracas. - Una multitudinaria marcha de la oposición entregó más de dos millones de firmas para avalar la convocatoria de una consulta sobre la permanencia en el poder del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, luego que un grupo de seguidores del gobierno intentó detener violentamente la llegada de la manifestación al centro de Caracas.
Las fuerzas del orden tuvieron que abrirle paso a la marcha- de más de 8 km de largo- por la céntrica avenida Universidad, debido a que revoltosos simpatizantes del oficialismo bloquearon la vía para impedir la llegada a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE). En varias ocasiones las autoridades tuvieron que lanzar bombas lacrimógenas para dispersar a los violentos, que se armaron con piedras, palos y botellas en un intento por detener al camión que transportaba las firmas.
A la llegada al CNE, el partido Primero Justicia, que coordinó la recolección de firmas, celebró con aplausos y cantando el Himno Nacional la entrega de las firmas en cajas certificadas.
Poco antes, el caos se apoderó del centro de Caracas cuando seguidores del gobierno bloquearon la llegada de la marcha opositora, amenazando con atacarla con objetos contundentes, cosa que concretaron poco después. Los revoltosos colocaron dos bloqueos antes de la sede del CNE, lo que obligó a las fuerzas del orden a lanzar bombas lacrimógenas para dispersarlos. Los violentos chavistas, armados con gomeras, piedras y palos, levantaron las rejas metálicas de las bocas de alcantarillas para evitar que el camión donde iban las firmas llegara a su destino.
La Guardia Nacional (policía militarizada) enfrentó con firmeza a los revoltosos ubicados en las cercanías del CNE. El alcalde metropolitano de Caracas y líder opositor, Alfredo Peña, encabezó la marcha con un grupo de custodia de la Policía Metropolitana y fue blanco del ataque. "Usaron armas para agredirnos y agredir a los periodistas. Estos son delincuentes a la orden del presidente", señaló.
El vicepresidente ejecutivo, José Vicente Rangel, afirmó que el gobierno rechaza cualquier hecho de violencia y denunció que en la concentración oficialista había "infiltrados". Una afirmación que sólo recibió incredulidad generalizada. Es que desde temprano en la mañana, grupos de simpatizantes del gobierno se concentraron a las puertas del CNE, obligando al despliegue de un cordón militar para evitar el choque entre los dos bandos. Es de destacar que en el bando opositor no se vieron civiles armados y enmascarados. La marcha opositora tenía 8,2 km de largo en su apogeo, según periodistas independientes. (DPA)



La violencia estuvo presente en las calles de Caracas.
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