Año CXXXV
 Nº 49.653
Rosario,
martes  05 de
noviembre de 2002
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Derechos humanos. Se conoció el fallo del Tribunal Oral Federal Nº5
Condenaron a dos militantes sociales
Bértola y Quintero fueron penados con tres años y medio de prisión por tenencia ilegítima de explosivos

Los militantes sociales Carlos Antonio Bértola y Diego Oscar Quintero fueron condenados ayer a tres años y medio de prisión por tenencia ilegítima de explosivos y en agosto de 2003 podrían recuperar la libertad condicional.
Así lo resolvió el Tribunal Oral Federal Nº5 al dictar sentencia en el juicio contra ambos jóvenes, que el 12 de abril de 2001 cayeron detenidos en la calle Sarmiento al 300 de la City porteña luego de que les estallara un artefacto explosivo, aparentemente una bomba lanzapanfletos.
El tribunal los halló culpables del delito de "tenencia ilegítima de un artefacto explosivo" y resolvió quedarse con el automóvil en que se movilizaban, un Renault 11, aunque devolvió los elementos incautados por el juez federal Rodolfo Canicoba Corral en la etapa de instrucción: pañuelos de las Madres de Plaza de Mayo y retratos del Che Guevara.
Tanto Bértola (28) como Quintero (23) -quien sufrió la amputación del brazo derecho por las heridas de la explosión- tomaron con beneplácito la sentencia y se abrazaron con sus familiares ya que, según la calificación hecha por Canicoba Corral, corrían riesgo de pasar de 5 a 15 años encarcelados.
En cambio con esta condena, a partir del cumplimiento de los dos tercios de la pena tendrán derecho a solicitar la libertad condicional y, según los abogados defensores, podrían disfrutar ese beneficio en nueve meses más.
Bértola, con sus padres desaparecidos en la dictadura militar y miembro fundador de la agrupación Hijos, trató de aventar cualquier hipótesis revanchista en su conducta al expresar que a los jóvenes víctimas de la represión ilegal "no nos mueve el rencor y el odio, sino que nuestro combustible vital es el amor".
En cambio Quintero, que milita en la Comisión de Derechos Humanos de la Villa 21, en Barracas, y perdió casi todo el brazo derecho por el estallido, dijo a los jueces: "Estoy aquí vivo gracias a mi compañero Carlos; a él le debo la vida", ya que Bértola no huyó tras la explosión y se quedó a su lado pese a que venía la policía a detenerlos, acompañándolo incluso hasta el hospital.
En primera instancia, Bértola y Quintero estuvieron procesados con prisión preventiva por el delito de "tenencia de explosivo (...) para cometer delito contra la seguridad pública", según el fallo que dictó Canicoba Corral y ratificó la Cámara Federal. Según la versión policial, ambos estaban manipulando un artefacto explosivo de bajo poder con la intención de colocarlo en un cajero automático de la City y les explotó.
Quintero sufrió heridas de consideración que luego obligaron a los médicos a amputarle el brazo derecho casi hasta la altura del hombro, mientras Bértola recibió serias heridas en los oídos a causa de la deflagración.
Durante las audiencias del juicio, el fiscal Enrique Bayá Simpson había pedido al tribunal que fueran condenados por "tenencia de explosivos simple" a tres años y seis meses de prisión.
A la entrada de los Tribunales hubo manifestaciones de protesta. "Esto es una vergüenza", dijo Hebe de Bonafini, titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, tras la sentencia.
Y familiares de Bértola y Quintero sostuvieron que este caso muestra que en Argentina hay "persecución ideológica". La mujer de Bértola sostuvo que "no hay elementos para condenarlos. Pero esto demuestra que, más allá de si hay fundamentos o no, la Justicia dice lo que se le da la gana".



Los familiares se mostraron conformes con el fallo.
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