Moscú. - Las fuerzas armadas rusas anunciaron el comienzo de una vasta operación militar contra los separatistas chechenos, que ayer derribaron un helicóptero ruso y mataron a nueve militares a pesar de la advertencia lanzada hace pocos días por el presidente ruso, Vladimir Putin, quien se manifestó decidido a aplastar a los rebeldes tras la toma de rehenes en el teatro Dubrovka de Moscú. Se trata del segundo helicóptero militar ruso derribado por los chechenos en apenas cinco días. Nueve soldados rusos murieron cuando un helicóptero MI-8 de las fuerzas rusas fue derribado por rebeldes independentistas en Chechenia, informó la comandancia de las fuerzas federales. El aparato fue alcanzado por un misil tierra-aire portátil disparado desde un edificio de los alrededores de Grozny, la capital chechena, precisó el comandante adjunto de las fuerzas federales en Chechenia, el coronel Boris Podoprigora. "El ejército ruso inició una investigación en la zona", agregó. Cuatro militares rusos murieron el martes pasado cuando un aparato del mismo tipo fue derribado por los rebeldes en la misma zona. El MI-8 es un helicóptero de transporte que tiene capacidad para unas 30 personas. El pasado 19 de agosto, un helicóptero de gran capacidad MI-26 de las fuerzas rusas había sido derribado cerca de Grozny, dejando un saldo de 121 muertos entre los militares que se encontraban a bordo. En tanto, el ministro ruso de Defensa, Serguei Ivanov, anunció la suspensión del plan de reducción de fuerzas rusas en Chechenia, y el lanzamiento de una operación "de gran envergadura" en toda la república independentista. "Desde hoy, las tropas rusas comienzan en Chechenia una operación especial, con objetivos bien perfilados, en todos los rincones de la república de Chechenia", anunció Ivanov, en una visita a la ciudad de Chabarovsk, en el lejano Este ruso. Ivanov explicó además, que la prevista retirada de Chechenia del contingente de más de 5.000 soldados rusos queda así paralizada hasta nueva orden. Según el ministro ruso, la guerrilla está preparando nuevas acciones terroristas confiadas a rebeldes dispuestos a morir. "La situación en Chechenia es difícil, pero está bajo control. Recibimos en forma creciente información sobre la preparación de nuevos actos terroristas, tanto en la república como fuera de ella", agregó Ivanov. "A partir de hoy las tropas rusas lanzaron una dura operación especial en todas las regiones de la república para domar la amenaza que está naciendo", agregó Ivanov. El rebelde checheno Shamil Basáyev anunció el viernes pasado que renunció como responsable de las operaciones militares de todos los grupos guerrilleros, para dedicarse al cargo de comandante del Batallón de Reconocimiento y Sabotaje de los Mártires Riadus-Calikin. Basáyev advirtió que "mientras un sólo soldados ruso se encuentre en tierra chechena, la guerra continuará y se extenderá fuera del Cáucaso, sobre todo el territorio ruso". La decisión del gobierno ruso tuvo lugar ocho días después del final de la toma de casi 800 rehenes por parte de un comando checheno en un teatro de Moscú, que finalizó con la muerte de 119 de los secuestrados, 117 de ellos por el gas utilizado por las tropas que liberaron el teatro, y unos cincuenta rebeldes. (Télam)
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