Pedro Squillaci / La Capital
Corren. Lo hacen para sentirse bien, bajar los kilitos de más, quebrar un récord propio o simplemente para llegar a la meta. Cientos, y a veces miles de personas se suman a cuanto maratón se largue en Rosario. "No hay registros precisos de cuántos son, pero lo cierto es que cada vez hay más gente. Son de todas las edades y clases sociales", dijo Carlos Merlo, de la Asociación Rosarina de Atletismo (Arda). Ayer fue el turno del que organizó la Asociación Chicos, con el objeto de juntar fondos para niños en situación de calle. La solidaridad es otra excusa para plegarse a estos certámenes, que ya son un clásico en la ciudad.
Atletas y no tanto. Pibes y abuelos. Padres e hijos. Discapacitados. Amateurs y profesionales. Todos se convocan a la hora de largar un maratón. Los participantes son de acá a la vuelta, pero también de Funes, Roldán y hasta de otras provincias.
Lidia Palavecino tiene 40 años, es de Funes y tiene cinco hijos. Estaba bañada en sudor. Acababa de terminar el circuito de 4 kilómetros que recorría los parques España, Nacional a la Bandera y Urquiza, para concluir en Sarmiento y avenida del Huerto. "Correr es la mejor medicina que existe. Si puedo voy a hacer esto hasta los cien años", graficó la mujer, que participó en maratones de Córdoba y Mar del Plata y ayer se sumó al de Chicos.
El fenómeno de los maratones surge de la práctica del aerobismo. Así lo aseguran desde Arda. En realidad, la versión original tiene 42 kilómetros o una reducida de 21 kilómetros. "Los recorridos inferiores a estas distancias se llaman carreras de calle, pero todos los identifican como maratones", explicó Merlo, integrante de Arda.
La seguidilla de estas competencias marca el interés de la gente por participar. El público de maratón es generalmente de clase media y tiene un promedio de edad que va desde los 30 a los 45 años. La semana pasada hubo una de la escuela de policías, ayer fue la de Asociación Chicos, el domingo próximo se realiza la de la compañía de seguros San Cristóbal, que arranca en el parque de las Colectividades, y el 17 de este mes larga la de Canal 5, una de las más convocantes de la ciudad.
La actitud de los corredores es variada. Y se nota en la llegada. Están los que levantan los brazos, los que llegan al trotecito con los dedos en V, los que se matan en los últimos 50 metros, los que corren por la suya y ni cruzan la línea final y los que llegan empujando a su pareja para que alcance la meta.
"Yo siempre gano. Y hoy también salí primero. Pero esta vez bajé a 28 minutos, 14 segundos, 9 décimas", dijo Mariano Martínez, de 62 años, mientras mostraba su cronómetro clavado en su récord. Martínez, cocinero de un bar céntrico, es corredor profesional desde el 87, pero cada vez le cuesta más competir. "Ando buscando sponsor para pagarme zapatillas y algún viaje cuando hay que salir a otras localidades. Esto es mi vida", destacó.
| |
La Ciudad
