Año CXXXV
 Nº 49.642
Rosario,
viernes  25 de
octubre de 2002
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El gobernador padece un cuadro de enteritis que le produjo fiebre y dolor
Reutemann no gana para sustos: otra vez tuvo que ser internado
Ingresó el miércoles a la noche a una clínica santafesina. No podrá presidir el congreso del justicialismo

Carlos Roberto Morán / La Capital

Carlos Reutemann se encuentra internado desde el miércoles por la noche en una clínica de Santa Fe, afectado por un cuadro de enteritis, y se estima que permanecerá en ese lugar no menos de 48 horas. Los datos aportados por el titular de la clínica, más los comentarios de testigos, desalentaron la venenosa especie según la cual la internación tuvo antes que nada características políticas vinculadas con la interna del PJ. De hecho, es casi imposible que pueda dar el presente en el congreso peronista previsto para el martes próximo.
"El gobernador Reutemann tiene una enteritis, más específicamente en el ilion terminal, o sea la última parte del ilion, y en la que se ha descartado toda posibilidad de afección maligna o infecciosa", se comunicó ayer a los medios, agregándose que se le efectuaron estudios ecográficos y laparoscópicos para concretar diagnósticos.
Lo concreto es que Reutemann había suspendido todas sus actividades en la jornada del miércoles pasado por estar aquejado de gripe, tal como se comunicó oficialmente. Más tarde pudo saberse que el gobernador acusó fiebre y un agudo cuadro de dolores abdominales que aconsejaron su inmediata internación en la clínica de Nefrología, Urología y Enfermedades Cardiovasculares, ubicada en Avenida Freyre al 3100 de Santa Fe, cuyo director, el doctor Luis Gaite, dio precisiones sobre el estado del paciente.
El facultativo explicó que por la índole de la enfermedad debía descartarse cualquier intervención quirúrgica y aclaró también que Reutemann no se encontraba grave, aunque puso énfasis al señalar que "no se trata de algo banal". Añadió que su paciente debe cumplir reposo absoluto.
Gaite confirmó por otra parte que el mandatario "presentó una indisposición abdominal intensa en el día de ayer" (por el miércoles) y que inicialmente le había hecho una consulta telefónica "a los fines de no importunar", pero que se le sugirió concurrir a la clínica para hacerle un estudio exhaustivo.
Sostuvo el facultativo que Reutemann arribó al lugar acusando fuertes dolores estomacales, fiebre alta y una gran deshidratación, por lo que se decidió que quedara internado en observación hasta ayer, cuando se determinó que tiene "una infección intestinal, sin haberse podido establecer aún si el origen es virósico o bacteriano". Tampoco se descarta que el problema tenga raíz alimenticia.
Manifestó que aún era prematuro determinar cuándo se le dará el alta, porque lo primero que se requería era internarlo para rehidratarlo por vía venosa, dado que "tuvo una gran cantidad de pérdida de líquidos". Aclaró Gaite que "este tipo de afección aguda requiere entre 48 y 72 horas de tratamiento intensivo con antibióticos por vía venosa".
También indicó que el gobernador recibe suero a fin de no utilizar la vía digestiva. Insistió que su situación no es crítica y que se encuentra alojado en una habitación de internación convencional.
Dijo Gaite que "es muy bueno" el estado de ánimo del mandatario provincial, al punto de que llegó a la clínica conduciendo su automóvil particular, a pesar del cuadro que presentaba. También aclaró que más allá del mal que ahora lo aqueja "Reutemann es un hombre sano" y que en consecuencia no frecuenta su clínica. No obstante, se afirma que antes de la intervención quirúrgica en el tendón de Aquiles a la que fue sometido en Rosario concurrió a la clínica santafesina para una consulta.
El facultativo indicó que los dolores que acusaba el Lole remitieron al habérsele dado analgésicos y que en la tarde de ayer ya no tenía fiebre. Desestimó la versión según la cual se realizaron consultas con médicos de Mar del Plata o de Buenos Aires.

"Casi doblado"
Algunos testigos dijeron a La Capital que vieron llegar al Lole "casi doblado", con evidentes síntomas de fuertes dolores de abdominales. No obstante ello manifestaron que se dio tiempo de "darle la mano, uno por uno", a todos quienes se encontraban en la puerta de la clínica y que se acercaron para saludarlo. También aceptó de buen grado que unos chicos le lavaran el Astra gris metalizado con el que condujo hasta la clínica y que quedó estacionado sobre calle Suipacha, transversal a la Avenida Freyre.
Cuando el gobernador cambió gran parte de su gabinete, a fines de agosto pasado, se dirigió palabras a sí mismo buscando darse aliento luego de haber pasado varias veces por el quirófano. "Eso no se lo deseo ni a mi peor enemigo", se sinceró en ese momento.
Razones tenía: en enero del año pasado, en pleno invierno neoyorquino, debió someterse en Estados Unidos a una riesgosa operación de cervicales. Luego vendrían dos intervenciones quirúrgicas más: una en la rodilla, en junio del mismo año, y luego en el tendón de Aquiles. De esta última operación aún no ha sido dado de alta y periódicamente debe hacerse chequeos en el sanatorio Mapaci. Lamentablemente, ahora pese a sus más caros deseos, tiene que sobrellevar una nueva internación.
Por supuesto, primero la gripe y luego el cuadro de gastroenteritis, dieron lugar a las suspicacias y el veneno político que ayer se destiló en grado sumo en diversos corrillos, los que buscaban vincular la enfermedad de Reutemann con la interna del peronismo. Pero todas las evidencias fueron desinflando tales versiones con el correr de las horas hasta hacerlas desaparecer.



El doctor Luis Gaite le aconsejó reposo absoluto. (Foto: Roberto Paroni)
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