De la Rúa dejó el duelo y comió un asadito junto a los más fieles

Con vino riojano y carne de su propia cabaña, el ex presidente Fernando de la Rúa compartió ayer un almuerzo con diputados radicales, que mechó los festejos demorados de su cumpleaños con retazos de discusión política sobre el presente del país y la UCR.
En su quinta bonaerense de Villa Rosa, el ex jefe del Estado recibió a los diputados más leales a su conducción, en un encuentro que marcó el final del duelo delarruista y confirmó el apoyo del grupo a la candidatura presidencial de Rodolfo Terragno.
"De los tres postulantes radicales, el mejor para la sociedad es Terragno, a pesar del espíritu crítico que tuvo con el gobierno de De la Rúa", ratificó el diputado Juan Pablo Baylac, uno de los asistentes al almuerzo.
Estuvieron, entre otros, los diputados santafesinos Hugo Storero y Sarah Picazo, además de sus pares Aldo Ostropolsky, Luis Molinari Romero, María Lernoud, Fernando Montoya, Mario Capello y Rafael Pascual.
El ex presidente ratificó que mantendrá el silencio y el aislamiento que eligió cuando abandonó el gobierno. "Dejarse de llorar", fue la frase elegida por otro comensal para definir la actitud delarruista frente a los nuevos tiempos.
De todos modos, los diputados ratificaron su tesis conspirativa, que tiene al actual canciller Carlos Ruckauf y a Hugo Moyano (CGT disidente) como impulsores de los conflictos sociales que precipitaron la caída de De la Rúa.
Molinari Romero se negó a comentar la reunión. "Fue un encuentro social", contestó parcamente. Capello, en cambio, subrayó las expresiones de "amistad, cariño y lealtad" hacia De la Rúa y ratificó la decisión del ex presidente de mantenerse al margen de la vida pública.
Los diputados habían ideado el encuentro tres semanas atrás, cuando De la Rúa cumplió 65 años, aunque las vicisitudes del juicio político a la Corte Suprema demoraron la cita.
Los asistentes comentaron, con tono de desagravio, que hubo quienes pidieron disculpas "por la falta de apoyo" al fugaz gobierno de De la Rúa. Pero evitaron identificar a los aparentes arrepentidos.