Año CXXXV
 Nº 49.642
Rosario,
viernes  25 de
octubre de 2002
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Comisaría 1ª: Pedido de castigo para los policías procesados
Diferentes organizaciones sociales hicieron sentir su repudio en un escrache. Filmaron a los manifestantes

Una prolija fila de 30 jóvenes mujeres policías, escoltadas por 15 agentes varones junto al jefe y la subjefa de la comisaría 1ª, recibió la tarde de ayer a los 300 manifestantes que llegaron hasta la puerta de la seccional de Juan Manuel de Rosas al 1300 para exigir "juicio, castigo y cárcel" a los tres policías procesados por haber violado a una adolescente de 16 años, dentro de la comisaría, la madrugada del pasado 26 de julio.
"No es casualidad que las víctimas de los procedimientos policiales violatorios de los derechos humanos provengan de los sectores más humildes y comprometidos con las luchas populares. Ser pobre, mujer y joven es un triple estigma", leyó la docente Griselda Cardozo frente a la comisaría escrachada cuando la columna llegó al lugar.
Al grito de "se va a acabar, se va a acabar, esa costumbre de violar", los manifestantes caminaron las cuatro cuadras que separan a la plaza López de la seccional de barrio Martin. Organizaciones no gubernamentales, de mujeres, de derechos humanos, asociaciones profesionales y asambleas barriales dieron su presente en un escrache donde no faltaron pancartas en las que se leían los nombres de los efectivos procesados (Juan Manuel Morales, Ariel Canelo y Fabián Ibarra) y la palabra "violadores".
El comunicado también expresó que "las prácticas violatorias son expresión de la impunidad y la corrupción que sostiene el aparato represivo policial, el mismo que produjo los asesinatos del 19 y 20 de diciembre aún impunes y que atacó y golpeó brutalmente a (la militante social) Susana Abalo".
Asimismo, los organizadores del escrache sostuvieron que ese "aparato es sostenido por el gobernador Reutemann, que tiene en lugares estratégicos de poder a personajes siniestros como Enrique Alvarez".
El acto se desarrollo con normalidad y sólo elevó su tensión cuando los manifestantes descubrieron la presencia de un camarógrafo de la policía grabando imágenes de los presentes. Entonces lo repudiaron y obligaron a que se retirara. El hombre, de civil, lo hizo. Pero para ingresar a la seccional bajo la protección del comisario principal Miguel Reggiardo, titular de la comisaría.



Madres de la Plaza, ayer, en el escrache.
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