Año CXXXV
 Nº 49.638
Rosario,
lunes  21 de
octubre de 2002
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Hace dos meses fue atropellado por vecinos luego de robar en una verdulería
Otra andanza frustrada de un ladrón que volvió a perder en Barrio Parque
Estuvo al borde de la muerte por un hecho anterior. Ahora robó a trabajadores del Hipódromo y lo atrapó la policía

"Mátenme, tiren de una vez", fue el pedido del ladrón que, cansado de correr y sin aire había sido cercado por policías que lo seguían por el robo a empleados de un stud del Hipódromo del parque Independencia. Dos meses antes, a pocas cuadras de allí, tras intentar el robo a una carnicería lo habían perseguido las mismas víctimas hasta atropellarlo con una vieja camioneta. El sábado a la tarde al ladrón todavía le dolían los huesos que le habían quebrado aquella vez y sus antecedentes sólo lo hacían pensar en un futuro tras las rejas. Por eso pedía morir.
El asalto del sábado a la tarde había salido de acuerdo a los planes. Los dos ladrones escaparon en el auto de las víctimas después de despojarlas de unos 2.500 pesos. Pero sólo pudieron hacer seis cuadras antes de chocar y, para ese momento, la policía ya estaba alertada. Trescientos metros después, el mayor de los asaltantes, Oscar Daposo, fue apresado.
Daposo, de 45 años, es un hombre con experiencia en robos, una condena y varios pedidos de captura. Lo detuvieron con un revólver calibre 32 largo, la cartera que le había robado poco antes a una empleada del stud Cima y unos 1.500 pesos y lecops que era el dinero para pagarle el sueldo a los empleados de la firma.
Los investigadores de la comisaría 5ª sostienen que el robo fue entregado. Y que los ladrones, el detenido y un joven menor de 20 años que logró escapar, conocían a las víctimas.
El asalto ocurrió poco después de las 16 en la calle Dante Alighieri, ubicada en la zona sur del parque Independencia, entre el Hipódromo y el Estadio Municipal. Los asaltantes abordaron un Renault 12 en el que iban el capataz del stud, Víctor Hugo Masciarelli, de 43 años y la empleada Marcela Antonia Sequeira, de 38. Le apuntaron a la pareja con un arma, los despojaron de sus carteras y pertenencias y se apropiaron del vehículo.
La mujer llevaba en la cartera unos 1500 pesos y lecops para pagar el sueldo a los empleados y el capataz, además de unos 300 dólares de su propiedad, indicó la policía. Daposo tomó la cartera de la mujer, que fue recuperada junto al dinero destinado a los salarios. El otro maletín se perdió junto al ladrón más joven, que logró escapar de la policía.
Con el auto robado, los asaltantes emprendieron la fuga hacia el sur. No hicieron más que seis cuadras hasta chocar contra un árbol en Suipacha y pasaje Independencia. Allí llegaron policías de la seccional 5ª y el Comando Radioeléctrico que siguieron el rastrillaje en la zona.
Tres cuadras después, en Francia y Virasoro, encontraron a Daposo contra un árbol, agotado por la carrera, con la cartera robada a la mujer, pidiendo a gritos que terminaran con su vida.
"Sabe que esta vez pierde", explicó un vocero policial con las dos decenas de antecedentes y los cuatro pedidos de captura del ladrón frente a sus ojos.

Un caso silenciado
La novedad valiosa de este caso es que sirve para confirmar, casi dos meses después, un suceso que no quedó documentado a nivel policial ni judicial. Que ocurrió en barrio Parque y, según ahora admiten fuentes de la policía, tuvo a Daposo como protagonista.
El 24 de agosto pasado, Daposo asaltó una verdulería de Suipacha y Ocampo. Iba armado y en bicicleta. Salió del negocio despacio, por Ocampo, y tras él fueron sus víctimas y otros vecinos en dos vehículos. La comitiva volvió al negocio en silencio minutos después y espantó a los curiosos. Las explicaciones de lo ocurrido llegaron junto a uno de los rezagados que sin más anunció: "Está re muerto. Le pasaron por arriba a una cuadra de acá".
La denuncia nunca llegó a la policía, que sólo registró un accidente de tránsito en Ocampo al 3100, frente a un largo paredón, con el hombre como víctima. Lo que había ocurrido trascendió entre los vecinos, que pactaron un cerrado silencio. Aunque el hecho quedó reflejado en la edición del 2 de septiembre de La Capital, como un caso de justicia por mano propia.
Muy maltrecho, Daposo fue internado en el Heca. Después de recuperarse volvió al barrio donde vive, a pocas cuadras de donde lo atropellaron en agosto y donde el sábado pidió a gritos que le dispararan. Ahora está en el penal de la seccional 5ª.



La zona del parque donde Dapaso cometió el robo.
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