Año CXXXV
 Nº 49.635
Rosario,
viernes  18 de
octubre de 2002
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Investigan una denuncia por robos en cajeros automáticos del centro

La policía de Rosario investiga una denuncia por robos en cajeros automáticos de la zona céntrica, según la cual delincuentes no identificados bloquean el mecanismo de las máquinas para apoderarse de las tarjetas de usuarios y vaciar sus cuentas.
Según trascendió, la denuncia fue presentada por directivos del Banco Suquía y hasta el momento no se presentó ningún damnificado. Los investigadores trabajan por el momento con filmaciones obtenidas en los cajeros y creen que los robos podrían ser cometidos por un grupo de delincuentes especializado en la modalidad, al estilo de otros ya detectados en años anteriores.
Aunque los ladrones no están identificados, la policía sospecha que no se trata de delincuentes locales. Un funcionario bancario señaló que "se han registrado casos aislados, pero ninguno en los últimos días". Los episodios se suceden con un método similar. "Introducen un trozo de celuloide en la ranura, lo que hace que la tarjeta quede atrapada en el cajero. La máquina no toma el plástico, por lo que no lo puede expulsar", agregó el vocero.
"A veces se puede saber cuáles son los cajeros que están bloqueados, porque utilizan la gotita para pegar el celuloide -o el material plastificado que se usa para credenciales- en la ranura del cajero y uno puede ver restos del pegamento al ingresar a la cabina", indicó una fuente de Banelco.
El ladrón "se hace pasar por un cliente que está esperando para hacer una extracción o bien dice que a él le pasó lo mismo y pudo resolverlo. Al observar el problema se ofrece para ayudar e ingresa en la cabina".
En la mayoría de los casos, el ladrón pide primero a la víctima que digite su código personal, luego que pulse la tecla anotación y finalmente que cancele la operación. La tarjeta sigue bloqueada y la víctima, por lo común, decide abandonar el cajero.
"Los ladrones eligen por lo general a ancianos, adultos que están con chicos o personas que están apuradas y les hacen un cuento del tío. Los argumentos pueden variar pero el objetivo es siempre el mismo: averiguar el código de la víctima", indicó la fuente de Banelco.
"Algunos se niegan a aportar su clave personal pero otros caen como pajaritos. Y una vez que se reveló el pin, no queda mucho por hacer", observó a su vez un vocero policial.
Acto seguido, con una especie de gancho o pinza de depilar, el ladrón libera la tarjeta y al haber obtenido el pin del usuario comienza a operar con ella. En algunos episodios, incluso toma la precaución de desviar la cámara de video que filma los movimientos en la cabina.
Los voceros consultados señalaron que se trata de "robos que siempre existieron desde que están los cajeros. Tal vez ahora se notan más pero en general ha crecido todo el delito y ha crecido también la impunidad".
En casos anteriores, se comprobó que los delincuentes actuaban fuera del horario bancario, por lo general durante la noche, y en los fines de semana, de manera de contar con más tiempo antes de que el damnificado pueda reclamar ante el banco. Incluso bloqueaban varios cajeros en una misma área, de manera de tender un cerco en torno a las potenciales víctimas.


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