Año CXXXV
 Nº 49.627
Rosario,
viernes  11 de
octubre de 2002
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Ruego encadenado en los Tribunales
Una mujer eligió ese modo de protestar contra el sobreseimiento del camionero que mató a su hijo

Nora Patricia Ojeda es una mujer bajita. Tiene tres hijos vivos. Al cuarto lo mataron el 11 de abril. Ayer fue a los Tribunales para pedir que el homicida sea sancionado. No fue un pedido más: la mujer rodeó su cuello con una cadena y se ató en la puerta principal del edificio. Tenía una pancarta tan humilde como ella y su familia. "Justicia para Cristian", decía.
A Cristian Martín Espinoza lo mató Ricardo Sergio Boja. Le disparó con una escopeta calibre 16 y lo hirió en la pelvis. El chico, de 18 años, murió desangrado y Patricia repite algo que le dijeron los médicos: "Si no hubiese muerto estaría paralítico".
Boja dijo que sorprendió a Espinoza robando en su camión estacionado frente a su casa. Una semana antes ya le habían robado. "Por eso tenía la escopeta", justificó. Pero su historia está llena de contradicciones y además un par de testigos que lo incriminan tampoco parecen muy creíbles.
El juez Osvaldo Barbero igual le dio crédito a Boja. Lo sobreseyó porque el homicida dijo que Espinoza y otro chico que estaba con él iban armados y constituían una amenaza para su vida. "Fue en defensa propia", sostuvo el magistrado. Paradójicamente, el camionero nunca admitió haber tirado voluntariamente y siempre habló de un accidente.
Después la fiscalía apeló el sobreseimiento y finalmente la Cámara Penal volvió atrás con la medida y recomendó al juez que explore otras hipótesis.
Ahora Barbero dictó falta de mérito. Esto le permitió a Boja seguir en libertad mientras la investigación continúa. Por eso Nora está indignada. Como su esposo no quería "hacer lío", ayer esperó que el hombre se fuera a trabajar y se fue a los Tribunales. Dijo que lo hará una y otra vez hasta que castiguen al asesino de su hijo.
"Mi hijo no estaba robando. Salió a comprar limones que al otro día iba a vender con el padre. De eso vivimos", contó ayer a este diario. Su lógica es atendible: "Aunque estuviera cometiendo un delito, nada justifica que lo mataran como hizo este hombre".
Mientras tanto la investigación sigue su curso. Un punto que falta aclarar es qué estaba haciendo Espinoza cuando lo mataron. Boja dijo que estaba sobre su camión pero la madre lo niega. "Si le hubiera disparado dentro del vehículo no hubiese podido bajar por las heridas que tuvo", razonó. Otra duda es si la puerta del camión fue forzada y si faltaban cosas, como dijo el homicida.



Nora sólo pretende justicia por la muerte de su hijo. (Foto: José Granata)
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