Año CXXXV
 Nº 49.626
Rosario,
miércoles  09 de
octubre de 2002
Min 12º
Máx 21º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





"Son ellos". Los uniformados señalados son los que estaban presos
La chica reconoció sin dudar a los policías que acusa por la violación
Con rapidez apuntó a Juan Morales, Fabián Ibarra y Ariel Canelo. E identificó a otros tres que estaban de guardia

Hernán Lascano / La Capital

Pasaron 33 días desde la denuncia en la que una chica de 16 años describía, en forma muy detallada, a los tres policías a los que acusaba de haberla violado en una comisaría del centro. Pero fue como si el tiempo se hubiera congelado. Con la misma precisión de aquel señalamiento, sin la menor vacilación ni equívocos, ayer marcó a los tres uniformados en la primera rueda judicial de reconocimiento. Los rasgos descriptos en la denuncia eran del todo congruentes con los de los hombres que ahora están, sólo ellos tres y con una categórica prueba en su contra, imputados de violación. Aunque los siete que estuvieron en el gabinete del subsuelo de Tribunales quedaron presos.
Los tres hombres que señaló la adolescente como los policías que la violaron son el oficial ayudante Juan Manuel Morales, el oficial subayudante Fabián Ibarra y el cabo Ariel Canelo. Son los tres policías que, desde el viernes pasado, publica La Capital como los más comprometidos.
Pero la adolescente no solo apuntó con su índice a quienes asegura que la violaron. También individualizó, en ruedas en las que participaron en total más de 30 personas, a otros tres que estuvieron en la comisaría 1ª la madrugada del 26 de julio. Quienes, sin que ella pudiera saberlo, ya estaban identificados como parte de la guardia de aquella noche y detenidos por ello.
Estos policías son el sargento Carlos Puchot, el cabo Ernesto Serigantini, y el agente Diego Juárez. Sobre ellos recae la sospecha de encubrimiento del delito de violación y otros colaterales que van desde la privación ilegítima de la libertad, amenazas coactivas, tentativa de cohecho y falsedad ideológica.
El último policía llevado a reconocimiento fue el sargento Oscar Olmedo, el primero en ser detenido.
La decisiva jornada no solamente sirvió para que la chica apuntase a quienes estuvieron en la seccional. Desde ayer, gracias a la medida, el juez tiene más claro no solamente los nombres del personal bajo sospecha sino el rol que habría cumplido cada uno, según destacó Ana Oberlín, una de las representantes legales de la adolescente.
A los policías acusados por la violación podrían corresponderle, si fueran condenados, hasta 20 años de prisión. Es que el delito tiene tres agravantes: fue cometido por más de dos personas, que portaban armas y que pertenecen a una fuerza policial que actuó delictivamente en ocasión del cumplimiento de sus funciones.
A las 8 de la mañana la adolescente llegó a los Tribunales. Lo primero que hizo fue ampliar su declaración. El primer reto anímico lo constituyó, en el juzgado, el encuentro con la mujer policía que estaba de guardia esa noche pero que se retiró antes de que la chica sufriera el tremendo ataque presunto. La jovencita, al verla, rompió a llorar. En su nueva declaración aportó datos muy precisos que no había deslizado en su primera presentación ante el juez (ver aparte).

Las siete tandas
El momento crucial llegó a las 10.45. A esa hora empezaron a llegar los policías para ser confrontados a los ojos de la joven. En total fueron siete ruedas. Cada imputado tiene la posibilidad de elegir a otras tres o cuatro personas para ser dispuestos a su lado. Cada uno quedó individualizado con un número pintado en la pared. Tenían puesto el uniforme policial aunque sin insignias que identificaran el grado.
De la primera rueda participó el sargento Oscar Olmedo, imputado de la irregular detención del amigo de la chica, en 1º de Mayo y Tres de Febrero, lo que habría derivado en el traslado de los dos a la comisaría 1ª el día de los ataques. La chica no lo reconoció. Olmedo, que está acusado de haberle sustraído 200 pesos y un revólver al chico que estaba con la joven, no estuvo en la seccional 1ª aquella noche.
Cuando la segunda escuadra estuvo formada la chica saltó como impulsada por un resorte. "Ese es el que tomaba mate en la guardia. El que escuchó cuando gritaba, cuando me resistía pateando contra el piso y no hizo nada", gimió. Indicó sin dudar al sargento Carlos Puchot y se armó la siguiente ronda.
La chica se asomó al mirador espejado y se cayó al piso. Su alarido espontáneo fue tan agudo que los testigos de la escena se quedaron mudos de escalofrío. Acababa de ver a Juan Manuel Morales. "Ese es el tercero que me violó", balbuceó en estado de shock, con la cara descompuesta en llanto. La contemplaban, aturdidos, su mamá, el juez de instrucción Adolfo Prunotto Laborde, la fiscal Adriana Camporini, un sumariante del juzgado y los abogados de ambas partes. Recibió asistencia médica. "Le preguntaron si deseaba interrumpir la medida, pero ella contestó que quería seguir y terminar de una vez", contó Oberlín.
En las siguientes ruedas identificó, de manera tan inequívoca como lo haría hasta el final, al cabo Serigantini y al agente Juárez. Después diría que esos policías fueron quienes trasladaron, aquella noche, a un chico preso y que por eso creía que no estaban en la comisaría en el peor momento. Había dicho que mientras esperaba en la guardia la habían tratado bien y hasta habían tenido palabras afectuosas, y con respeto, para ella.
Luego volvió a estallar en sollozos al ver, y apuntar con el dedo, al cabo Canelo. "Es otro de los que me violó, el que me violó segundo", tartamudeó. No pudo cambiar la actitud al formarse la última ronda. "Ahí está el que me llevó a la pieza primero, el que me tapaba la boca con la mano", dijo. Eran las 12.15 y era la última de las siete tandas de reconocimiento. A la subieron al juzgado hasta que se retiró el público de Tribunales. Después se fue a su casa.



Barrera y Oberlín, representantes de la menor. (Foto: Néstor Juncos)
Ampliar Foto
Notas relacionadas
Conste en actas
La espantosa madrugada
"Subite acá, bailá para nosotros"
Próximas medidas
Diario La Capital todos los derechos reservados