Año CXXXV
 Nº 49.626
Rosario,
miércoles  09 de
octubre de 2002
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El 85% de los ingresantes en el 2002 aprobó su primera prueba
Menos deserción y mejores exámenes con el nuevo plan de Medicina
Sólo el 3% de los alumnos desertó del primer año; antes lo hacía el 40%. Este año se inscribieron 2.690 aspirantes

Marcela Isaías / La Capital

El cambio de plan de estudios encarado en la carrera de medicina (UNR) está dando sus frutos. El 85 % de los alumnos aprobaron el primer examen del año, cuando antes de esta reforma lo hacía sólo el 10%. Pero hay más, de los 1.300 estudiantes que ingresaron en este ciclo, sólo el 3% abandonó la carrera, mientras que con el anterior plan la cifra subía al 40% en el mismo período. La decana de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Raquel Chiara, atribuye estos logros a "un ingreso responsable" y "al cambio curricular implementado en la carrera, que tiene al alumno como centro de aprendizaje".
  Las cifras, aportadas por la decana, profesores y alumnos, son fáciles de comprobar en un recorrido por la facultad. Todos hablan de nuevas formas de aprender -para nada más fáciles-, en todo caso con un compromiso diferente, "que tiene a la profesión médica como una consecuencia del saber", según afirman.
  En el nuevo plan, las clases multitudinarias donde se divisaba de lejos al docente que dictaba la cátedra, fueron desplazadas por espacios de aprendizaje donde la consigna es construir el conocimiento, y cuya dinámica se relaciona con la de un verdadero grupo de estudio.
  Tutores que coordinan grupos de 12 alumnos -dispuestos en una infraestructura nueva comparable a las mejores facultades del mundo—, expertos que tienen a su cargo la especificidad de las disciplinas y una asesoría pedagógica que colabora en el proceso de enseñanza, interactúan para garantizar que el conocimiento ya no sea uno, sino la visión integrada de un mismo problema epistemológico.
  "En la tutoría cumplimos un rol", dice Vanesa, una estudiante del primer año de medicina, para ilustrar cómo son las clases. Para ser más explícita agrega: "Las materias se ven en forma integrada, la bibliografía se relaciona, y el tutor evalúa lo que discutimos en base a lo estudiado".
  Según dice Luciano, otro alumno de este curso, "la evaluación es la consecuencia de lo que venimos aprendiendo, llegamos al examen en forma progresiva, no necesitamos ponernos a estudiar todo junto unos días antes". De manera de mostrar que la cuestión no es sencilla, el grupo de alumnos de una de las tutorías coincide en afirmar que las horas de estudio promedian las 8 diarias, sin contar el tiempo de asistencia a la facultad.
  "Pretendemos formar autodidactas, porque el conocimiento es algo de permanente cambio. Quizás en 20 años las verdades de ahora no serán tales, y eso es también es un aprendizaje que los alumnos deben hacer", afirma la decana Chiara. Por eso, el cambio curricular diseñado desde 1998 y desarrollado paulatinamente en todos los claustros, propone partir de situaciones problemáticas en cada nuevo aprendizaje. "El docente no está ausente, sino en otro lugar", dice al explicar que el protagonismo lo tiene ahora el alumno.
  Sobre esta visión uno de los profesores tutores de primer año, Guillermo Feldman reconoce que fue necesario "adaptarse a nuevas formas de enseñanza y aprendizaje". En tanto que María del Carmen Díaz, una de las llamadas expertas del área social, confiesa: "Hace 21 años que dicto clases en esta facultad, antes no conocía ni a la cuarta parte del cuerpo docente, ahora no puedo prescindir del otro para trabajar".
  La Universidad Nacional del Litoral en 1920 crea en Rosario la carrera de medicina. Tanto los planes de estudios de ese momento que respondían al paradigma enunciado por Abraham Flexner, como las cambios propuestos más tarde -en 1968- no lograron modificar el "modelo médico hegemónico" que se buscó formar históricamente y que sin duda, marcaba una diferencia sustancial entre "las concepciones sobre patologías que se planteaban a nivel de intramuros en los hospitales y las demandas de salud y calidad de vida de la sociedad", según se explica en los fundamentos que dieron pie a la reforma curricular.
  "Antes, el enfoque de los estudios se centraban en los aspectos biológicos, ahora hay una preocupación por mantener un contacto con la realidad, centrándonos en la relación médico paciente, anteponiendo los intereses de este último", dice Indiana, otra alumna de primer año, dejando ver cómo desde el ingreso se internaliza el nuevo perfil de médico que quiere formarse.
  Hablar de derechos ciudadanos, de ética y de contextualizar lo que se aprende forma parte del vocabulario de estos jóvenes. Así lo entiende Cecilia, también estudiante del primer año, que asegura que "la práctica profesional tiene distintas representaciones según la cultura en la que se la piense y que el médico es un integrante más en la formación de la salud". Es por eso que "los temas que estudiamos se integran entre sí y se analizan en contexto", agrega Luján una alumna entrerriana que cursa medicina en la UNR.
  Los años de carrera se dividen en ciclos que comienzan por la promoción de la salud, continúan con al prevención hasta llegar al paciente. Ya no se espera estar en los últimos años de carrera para contactarse con la comunidad, esto empieza desde el ingreso. "Comenzamos contactándonos con la comunidad en los Centros Crecer, en los comedores, donde los alumnos observan pero también se integran", dice Luis Dimelza, uno de los expertos, y docente de anatomía. Claro que antes de arribar al contacto con el potencial paciente, los alumnos pasan por un laboratorio de habilidades donde, por ejemplo, aprenden a pesar bebés, hacer inyectables entre otra capacitación previa.
  Los profesores de esta carrera no cobran más 350 pesos, el tiempo que dedican es full time, "en realidad estamos haciendo una patriada", reflexiona en voz alta la decana Chiara. No es para menos, ella cree que vale la pena porque confía en los jóvenes. "Estos son los alumnos de los que se decía que eran una generación que nada sabían, que no podían ni hablar ni pensar. Bueno, esta nueva currícula les dice hagan, creen, sepan. Ellos ya aceptaron el desafío y seguramente darán que hablar".


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