Año CXXXV
 Nº 49.626
Rosario,
miércoles  09 de
octubre de 2002
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"No es el fin de la revolución"

En sus últimas palabras, según el coronel Arnaldo Saucedo Parada, el Che dijo: "Sabía que me iban a matar, nunca debiera haber sido capturado vivo. Díganle a Fidel que este fracaso no significa el fin de la revolución y que ésta triunfará" en otras partes. "Díganle a Aleida" (su mujer), que olvide esto, se vuelva a casar y sea feliz". Luego, dirigiéndose a los militares bolivianos, dijo: "Pida a los soldados que apunten bien", relata Jorge Castañeda, autor de una biografía del héroe de la revolución cubana.
Al escuchar el consejo del condenado, el soldado Mario Terán, elegido por sorteo para la ejecución, recuerda que dio un paso atrás "y disparé la primera ráfaga". "El Che, con las piernas destrozadas cayó al suelo, se contorsionó y comenzó a regar sangre. Recobré el ánimo y disparé la segunda ráfaga, que lo alcanzó en un brazo, en el hombro y en el corazón. Ya estaba muerto". La CIA había ordenado no desfigurarle el rostro.
Ernesto Che Guevara nació en Rosario el 14 de junio de 1928 en el seno de una familia de clase media. Un recorrido en motocicleta por varios países de América Latina que realizó entre 1951 y 1952 le cambió su vida, poco antes de graduarse de médico en 1953.
La pobreza y miseria que rodeaban a las comunidades campesinas e indígenas de Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela, le impactó duramente, según sus biógrafos, y se prometió cambiar esa realidad como fuera.
En 1956 conoció a Fidel Castro en México y se enroló en las filas del movimiento insurgente de Cuba, a cuyas costas llegó en 1957, para iniciar su vida como guerrillero. Alcanzó el grado de comandante en el Ejército Rebelde antes de triunfar la revolución, en 1959.
Designado ministro de Industrias y presidente del Banco Nacional de Cuba, el Che no logró adaptarse a esa nueva posición y en 1965 se despidió de Castro con una misiva histórica y retomó las armas para llevar la revolución al resto del mundo, según comentó en su "Diario de campaña".
En 1965, luchó junto a los rebeldes en el entonces Congo Belga, para regresar a América Latina en 1966 donde, acompañado por un grupo de cubanos, formó un grupo guerrillero que operó en Bolivia. Allí fue herido en combate y capturado por el ejército boliviano el 8 de octubre de 1967. Poco después fue fusilado.
Sus restos mortales y los de algunos de sus compañeros fueron localizados en Bolivia en 1997 y trasladados a Cuba, donde se erigió un mausoleo en la ciudad de Santa Clara (centro) para rendirle tributo.


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