Año CXXXV
 Nº 49.626
Rosario,
miércoles  09 de
octubre de 2002
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El Nobel de física fue para investigaciones sobre las partículas elementales
Premian a tres científicos por sus trabajos en la detección de neutrinos
Los experimentos sobre radiaciones cósmicas podrían aportar nuevos conocimientos relativos al origen del universo

Tres investigadores del espacio, los estadounidenses Raymond Davis Jr. y Riccardo Giacconi y el japonés Masatoshi Koshiba, fueron distinguidos ayer en Estocolmo con el premio Nobel de física, por sus trabajos en la detección de neutrinos y el descubrimiento de las fuentes de los rayos X en el Universo.
La Academia Suecia de las Ciencias anunció ayer la concesión del premio a los tres investigadores por los "trabajos pioneros en el ámbito de la astrofísica" que éstos realizaron a lo largo de su carrera.
Davis Jr. y Koshiba fueron premiados por los experimentos en los que consiguieron detectar la presencia de neutrinos, que surgen como resultado de la transformación del hidrógeno en el helio, reacción que supone la fuente de energía del sol.
Raymond Davis Jr. nació en 1914 en Washington (Estados Unidos), se doctoró en la Universidad de Yale y es profesor emérito del departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Pennsylvania. Por su parte, Masatoshi Koshiba nació en 1926 en Toyohashi (Japón), obtuvo su título de doctor en la universidad de Rochester y tiene el cargo de profesor emérito de la Universidad de Tokio, donde desarrolla su trabajo en el Centro Internacional de Física de Partículas Elementales.
Anteriores investigaciones establecieron que la masa de helio que surge tras la transformación es inferior a la del hidrógeno, lo cual se explicaría por la creación de dos neutrinos por cada núcleo de helio transformado.
Sin embargo, los investigadores tenían problemas para poder demostrar la existencia de los neutrinos, de masa ínfima, y que apenas reaccionan con la materia. Por el cuerpo humano, por ejemplo, pasan miles de millones de neutrinos por segundo sin que uno mismo pueda darse cuenta de ello.
Los experimentos del profesor de la Universidad de Pennsylvania Davis Jr. y, posteriormente, del investigador de la Universidad de Tokio, Koshiba, sirvieron para probar esta teoría y capturar algunos de estos neutrinos.
Davis Jr. fue el único científico que, a finales de los años 50, intentó probar la existencia de neutrinos procedentes del sol, e intentó que algunos de los de mayor energía pudieran reaccionar con un núcleo de cloro, formando un núcleo de argón radiactivo.
En los años 60, comenzó un experimento que se prolongó hasta 1994 en el que colocó un tanque con capacidad para 600 toneladas de cloro-etileno dentro de una mina de Dakota del Sur para que los neutrinos reaccionaran con los átomos de cloro para crear argón.
La gran aportación del experimento fue la posibilidad de extraer los átomos de argón, de los que se pudieron localizar unos 2.000, en los más de treinta años de duración del experimento.
Por su parte, el equipo japonés dirigido por Koshiba construyó un detector formado por un tanque de agua con núcleos atómicos que, al reaccionar con los neutrinos, generaban haces de luz que eran capturados por detectores.
Los trabajos de ambos investigadores permitieron la fundación de un nuevo campo de investigación y continuaron los del premio Nobel de física de 1995, Frederick Reines, que en los años 50 demostró que es posible detectar los neutrinos, aunque en este caso no los procedentes del sol, sino de un reactor nuclear.

La detección de los rayos X
La Academia Sueca decidió que ambos compartieran el premio con el científico nacido en Italia pero con pasaporte estadounidense, Riccardo Giacconi, por "el descubrimiento de fuentes cósmicas de rayos X".
Giacconi estableció los principios para la construcción de un telescopio que detectara los rayos X procedentes del espacio y llevó a cabo experimentos con cohetes para demostrar la presencia de esta radiación en el Universo. Tras el éxito de estos primeros experimentos, el nuevo premio Nobel inició la construcción de un satélite destinado a buscar fuentes de rayos X en el espacio, lanzado en 1970 y, posteriormente, de un telescopio que consiguió a partir de ponerse en funcionamiento en 1978 ofrecer imágenes nítidas de éstos.
El científico ítalo-estadounidense nació en 1931 en Génova (Italia), se doctoró en la Universidad de Milán y en la actualidad es director de la compañía Associated Universities de Washington. (Télam)



Raymond Davids Jr., uno de los investigadores.
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