Pablo Díaz De Brito / La Capital
Para Rogelio Pontón, director del centro de estudios económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, Brasil está peor que Argentina: "Tal vez no se manifiestan agudamente como en Argentina, pero sus problemas son mayores", asegura. En cuanto a la casi cierta posibilidad de un gobierno del izquierdista Lula da Silva, el economista rosarino no cree que vaya a repercutir negativamente en la relación bilateral. "Al contrario, me da la impresión que podría llevar a que organismos como el FMI y EEUU y otros gobiernos tengan un poco más de sensibilidad con Argentina". -Brasil enfrenta una deuda pública que creció enormemente, al ritmo de la devaluación del real. Pero los funcionarios de los organismos financieros internacionales igualmente son favorables y optimistas. -Lo contrario de Argentina, donde la situación también es controlable pero estos funcionarios hacen declaraciones muy negativas. Creo que está privando el comentario de estos directivos, quienes suelen decir que la situación argentina es mucho peor que la de Brasil. Pero la brasileña es más compleja que la argentina: tiene una población muy grande y un amplio sector muy pobre, que por cierto no la pasa bien. A mi juicio, Brasil, en lugar de haber mantenido una política económica firme para sostener su casi convertibilidad hasta el 99 (cuando se rompió el esquema cambiario y se devaluó bruscamente el real) hizo todo lo posible para devaluar, aunque esto no le significó ningún beneficio. Porque hasta hace un tiempo los comentarios eran que la devaluación del real había solucionado el problema brasileño, y ahora vemos que las exportaciones no han mejorado, ni la economía en conjunto. Crecieron al principio, pero luego tuvieron una caída importante de la tasa de crecimiento. Con respecto a la relación con Argentina, indudablemente nuestra devaluación ha permitido lograr algunas ventajas en la relación con Brasil, que ya de por sí existían, ya que había (antes de la devaluación argentina) un superávit comercial, pese al fuerte ingreso de algunos productos brasileños. -Sí, ellos ganaban en los rubros industriales, el superávit nuestro era por petróleo y derivados... -Y granos. Ahora devaluamos y se logró una mejor posición, pero ellos siguen devaluando. Esto no afectará a los productos tradicionales, como el trigo argentino, que depende de que Brasil pueda mejorar su cosecha (este año parece que va a ser mejor, pero en los últimos días aparecieron problemas climáticos). Brasil tiene que importar 7 millones de toneladas de trigo y el país que está mejor posicionado para proveerlo es Argentina, además de por cercanía por el arancel externo del Mercosur, que es del 11,5%. -Y en este cuadro, ¿Cómo puede influir un gobierno de Lula? -No creo que vaya a repercutir negativamente en la relación bilateral, al contrario, me da la impresión que podría llevar a que organismos como el FMI y gobiernos como el de EEUU tengan un poco más de sensibilidad con Argentina. Algunos dirigentes del gobierno de EEUU o del FMI han asumido una actitud muy dura con Argentina; en algunos casos se justifica, en otras hay incontinencia verbal. El caso más preocupante me parece el de Hans Tietmeyer (ex presidente del Bundesbank). Argentina siempre ha sido un país que ha cumplido con sus compromisos externos y está en condiciones de salir de su crisis actual por su capacidad productiva y pese a haber cometido el error de la devaluación. -¿Qué pasa si Brasil entra finalmente en default? -Si entra en default ya serán dos países grandes del área (en esa situación), lo que crea por supuesto una sensación más complicada a nivel mundial. Pero creo que los países del Norte tendrán más tolerancia con Brasil y que la Argentina, pese a que ha cometido grandes errores, tiene posibilidades de salir en el corto plazo. -En Brasil parece que existe cierta posibilidad de un gobierno de coalición PT-PSBD (el partido socialdemócrata de Cardoso y Serra). Además, todos los candidatos importantes suscribieron el acuerdo con el FMI que promete mantener un superávit primario del 3,75% del PBI. -Acá en cambio se presupuestó un déficit para el año que viene de 10.000 millones, sin considerar el pago de intereses. Allá hubo mayor prolijidad, acá todo fue muy desordenado, faltó prudencia. En diciembre no había una causa justificada para hacer caer al gobierno (de Fernando de la Rúa).
| |