Año CXXXV
 Nº 49.612
Rosario,
miércoles  25 de
septiembre de 2002
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Adolfo Aristarain habla de "Lugares comunes", su nueva película
"Ser un director conocido apenas te sirve para empezar a charlar"
Favorito en San Sebastián, el realizador asegura que es un "delirio" plantear la existencia de un nuevo cine argentino

Fernando Toloza / La Capital

Después de cinco años Adolfo Aristarain volvió con una nueva película, "Lugares comunes", que promete convertirse en uno de los filmes destacados del año y que por estos días se cuenta entre las favoritos en el Festival de Cine de San Sebastián, donde el director argentino ganó, hace diez años, el premio mayor por "Un lugar en el mundo".
En "Lugares comunes" Aristarain le volvió a dar un protagónico a Federico Luppi y se ríe cuando se le pregunta por la relación con el actor de sus principales éxitos: "No es mi actor fetiche ni nada de eso. Uno siempre quiere repetir la experiencia con un actor que funciona bien", dijo el realizador del filme que podría llegar a Rosario la semana próxima.
-¿Se imagina una película suya sin Federico Luppi como actor principal?
-Sí, me la imagino. Luppi no es ni mi álter ego ni mi actor fetiche ni nada de todo eso que se acostumbra decir. Se da la casualidad de que cuando escribo las historias y miro los personajes, digo éste lo puede hacer Luppi. Y a lo largo de los años, con las diferentes edades de él, ha coincidido que siempre servía para un personaje. Pero no es sólo con él, sino que con cualquiera que funcione tan bien uno siempre intenta repetir.
-¿Se ve volviendo a empezar como le pasa al personaje de Luppi?
-En este oficio volvés a empezar con cada película. Lo de que la fama es puro cuento nunca estuvo mejor aplicado que al cine. El tener películas hechas, que hayan tenido buena respuesta de público, y ser un director conocido sólo te sirven para empezar a charlar. A la hora de buscar financiación, es como si fuese tu primera película.
-¿Eso le pasa tanto en la Argentina como en España, donde usted es muy respetado?
-No, en España la financiación la consigo rápidamente, lo que cuesta es la parte argentina. Lógicamente al no haber aquí industria ni apoyo, se hace muy cuesta arriba.
-¿Cómo hubiese sido su carrera si aquí hubiese habido una industria del cine?
-Habiendo hecho muchas más películas de las que hice. No es que hago pocas películas porque soy medio estrecho, sino que esto pasa porque no tengo más remedio. Entre que se me ocurren pocas historias y al no haber industrias tampoco se generan historias ajenas, y entonces se puede filmar una película cada tanto.
-Entre "Lugares comunes" y su filme anterior ("Martín hache") hay cinco años de distancia, ¿que pasó en ese tiempo a nivel creativo?
-Muchos proyectos que se pincharon.
-¿Llevar al cine la novela "Fordlandia" estaba entre ellos?
-No, "Fordlandia" nunca pasó de ser una oferta que me hicieron, pero después nunca más me hablaron, así que nunca lo tomé como proyecto. Te hablo de proyectos en los cuales estuve trabajando, a uno de ellos le dediqué casi un año, seis meses corrigiendo guiones, buscando lugares, y cuando me vine a la Argentina para pasar las fiestas, el proyecto se pinchó. Eso te hace perder un año y te hace salir de circulación, porque para el resto de la industria vos estás enganchado en algo y cuando preguntan por vos se dice "Aristarain está ocupado por dos años con tal proyecto", y eso te sabotea la posibilidad de trabajo.
-¿Cómo enfrenta las coproducciones?
-Las tomo naturalmente. Además si ya con coproducción cuesta hacer una película, sería casi imposible conseguir todo el dinero para hacer una película íntegramente argentina. Por suerte, cada vez es más lógico, aceptable y fluido el contacto entre España y la Argentina como para que no parezca forzada la inclusión de un personaje o una situación en España.
-De usted se dice que es un gran narrador de aventuras, ¿con sus últimos filmes buscó otro camino, algo más reflexivo?
-No, nunca me planteo de antemano al escribir una historia en qué género voy a escribir, se me ocurren y no importan si es un policial u otra cosa, ya bastante me cuesta que se me ocurra algo como para ponerme a descartar. Que digan que soy un tipo que sabe contar historias me parece bárbaro.
-¿Tiene herederos en el cine argentino?
-No lo sé, eso lo tiene que decir cada uno. Desde hace tiempo, por la película, no he visto nada de lo nuevo que se está haciendo, así que mal podría decirlo.
-Usted fue productor de "Rosarigasinos", de Rodrigo Grande, ¿fue por una coincidencia estética o simplemente una cuestión profesional?
-En realidad, el productor fue José Martínez Suárez, yo fui productor ejecutivo porque hay un dinero que, cuando vos cobrás el subsidio, queda en el Instituto de Cine y no lo podés retirar, porque lo tenés que invertir en otro proyecto. Yo no tenía nada y Rodrigo me acercó su guión, me pareció que estaba muy bien y puse la guita ahí. Pero me cuidé muy bien, al margen de cierta cosa que pude haber dicho sobre el guión o el primer corte de la película, de opinar o ejercer mis funciones de productor. Lo único que hice fui ayudarlo con guita y punto.
-¿Cree en una movida del nuevo cine argentino?
-Cada vez que hablan de nuevo cine argentino o de la mejor película de los últimos diez años es todo un invento de la crítica. No creo que haya un nuevo cine argentino; como en todos lados hay gente que hace cine profesionalmente y sabe contar una historia, y son cuatro o cinco tipos, pero de ahí a hablar de nuevo cine argentino me parece un delirio. No hay nuevo cine ni aquí ni en Europa. Hay gente que sabe contar y gente que no.



Aristarain basó su filme en la novela de un primo. (Foto: Horacio Paone)
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