cartas

¿Alguien tiene algo dulce? II

Adhiero ampliamente a la carta publicada el 11 del corriente con el título "¿Alguien tiene algo dulce?". Me llama poderosamente la atención que no haya habido más comentarios al respecto. Los padres nos preguntamos diariamente ¿qué país le dejamos a nuestros hijos?, haciendo clara alusión a la gran incertidumbre económica. ¿Y nuestras relaciones humanas, también las consideramos? Me parece que no. Les dejamos el país que estamos haciendo desde hace décadas: el del egoísmo y el sálvese quien pueda. Si el creativo que realizó esa publicidad quiso reflejar la bondad de un producto, no sé si lo logró, pero seguramente puso en evidencia la falta de solidaridad que nos envuelve. ¿Qué aprenden nuestros hijos?: que si tengo algo lindo, sabroso y me gusta o simplemente lo quiero es mío y no debo compartirlo con nadie, ni siquiera en caso de vida o muerte. Por favor, no seamos hipócritas, enseñemos a nuestros hijos que esa es basura publicitaria y que lo importante es compartir; no olvidemos nuestros valores humanos.
Marta Alem