Un teatro repleto de mujeres adolfistas

Hernán Maglione / La Capital

"Está hablando el Adolfo... No sabés lo que te perdiste. Escuchá...", sentenció a los gritos una señora desde uno de los palcos de El Círculo mientras extendía el celular hacia el vacío. Adolfo Rodríguez Saá estuvo en Rosario para cerrar el "cabildo abierto" de mujeres del Movimiento Nacional y Popular ante un teatro repleto de damas que dieron rienda suelta a su pasión justicialista.
Poco antes, en conferencia de prensa, el candidato presidencial del PJ aseguró que Carlos Reutemann "pertenece al Pacto de Olivos", y se preguntó por qué debería reunirse con el gobernador santafesino. "Es un santuario, es la peregrinación del establishment", dijo, para reiterar que cree que el Lole no será candidato. "Pero si se presenta me parece fantástico: va a ser el candidato del establishment".
Además, dijo que "todos los gobernadores ganan en sus provincias, menos uno...", y tras esbozar una sonrisa le apuntó a José Manuel de la Sota: "Porque yo gano en Córdoba". También afirmó que aceptaría sentarse a dialogar con Carlos Menem: "No creo que firme los quince puntos, pero puede hacerlo. Aunque no va a ser candidato a nada".
Finalmente, el puntano se prestó al juego que mejor juega y que más le gusta. Las damas desbordaron el teatro El Círculo para el cierre de la jornada denominada "La mujer como protagonista del cambio" y se hicieron sentir con aplausos, reclamos, gritos y hasta alguna lágrima. "Tenemos que volver a soñar y tener los líderes que sean capaces de transformar esos sueños en realidad", afirmó, y prometió miles de puestos de trabajo. Cada sentencia del candidato fue coronada con una ovación, pero muchas de las presentes no se limitaron a escuchar y se atrevieron a alzar la voz para transmitirle reclamos concretos a Rodríguez Saá.
"Sacalo a Moyano, te equivocaste", le gritaron, lo que se llevó tantos aplausos como gestos de reprobación. Otras pidieron por la educación y alguna se animó a preguntarle: "¿Vas a cumplir?". Por supuesto, la respuesta de el Adolfo fue afirmativa y otra vez llovieron aplausos. Pero la ovación más estruendosa de la noche se la llevó la sola mención de Eva Perón, que dejó al teatro en pleno de pie.