Año CXXXV
 Nº 49.602
Rosario,
domingo  15 de
septiembre de 2002
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La tercera edad, un buen momento para viajar

Una reciente investigación realizada en los Estados Unidos por la Organización Mundial del Trabajo arrojó que para el 2005 el 30 por ciento de la población del planeta tendrá más de 45 años, y es posible que las expectativas de vida se ubiquen entre los 85 y 90.
En los próximos años el número de la franja llamada de la tercera edad va a aumentar en un 50 por ciento, mientras que la población menor de 55 años se mantendrá estable.
Por lo menos en los países desarrollados la organización del ocio -para muchos más engorrosa que la organización del trabajo- es un tema que toca muy de cerca a la industria de los viajes y el turismo. En esos países se considera a la tercera edad viajeros de primera, ya que los "seniors" poseen buen poder adquisitivo y mucho tiempo libre. Se los ubica en el período de la vida comprendido entre los 60 y 75 años.
Por otro lado, los avances tecnológicos aumentaron la esperanza de vida, que pasó de 46 años en 1900, a 74,9 para hombres y 82,3 para mujeres en el 2001.
El especialista en marketing y estrategia Fréderic Serriere, asegura que los "seniors" son una clientela a mimar, y dice que para acercarse a ellos las empresas de turismo tendrán que tener en cuenta, sobre todo, que la idea no es rejuvenecer un producto sino por el contrario modernizar el envejecimiento".

Millones de seniors
En Europa hay actualmente más de 110 millones de "seniors". Para ejemplificar, basta saber que en Francia los mayores de 55 años representan el 32 por ciento del total de la población, y ese porcentaje aumentará al 44 por ciento en el 2020 y a más del 50 por ciento en el 2040.
A esto debe agregarse que quienes ocuparán esa franja de futuros jubilados son los que actualmente tienen entre 50 y 55 años, ambos con ocupaciones laborales propias, lo que significa que dispondrán de dos salarios, circunstancia que aumentará significativamente su poder adquisitivo.
Pero los empresarios turísticos también saben que tienen que prepararse para lidiar con una generación para la cual el disfrute del ocio es una invención de los tiempos modernos.
Nacidos antes de la Segunda Guerra Mundial, son personas que consagraron su tiempo más al trabajo que a la diversión, no sólo por razones materiales sino también por motivos filosóficos y religiosos.
Los operadores turísticos admiten que no será fácil que esta franja que se proponen conquistar acepte como normales ciertas actividades a las que considera superficiales.
Por el momento los empresarios turísticos manejan ciertas certezas: la duración del viaje de los "seniors" es casi siempre el doble de tiempo de los viajeros jóvenes. Y saben que el 42 por ciento se desplaza en primavera, cuando el clima no es muy frío ni muy cálido, y el 50 por ciento lo hace en verano.
En cambio, algunas encuestas realizadas entre "seniors" que regresaban de un centro turístico especializado en este tipo de clientes, arrojaron que la mayoría no volvería a un lugar similar. Manifestaron que el viaje había sido bueno pero les había dejado un sentimento de aislamiento social.
Para un sector de los que estudian las mejores maneras de captar esta franja de viajeros, esa encuesta demostró que los "seniors" no quieren ser tratados de manera diferente.
Otros opinan que este segmento tiene tendencia a rechazar las ofertas de viajes que no estén adaptadas a sus necesidades, pero que no lo dice porque sería admitir su envejecimiento.
Lo cierto es que el concepto de vejez y la edad de retiro de la vida laboral están cambiando, y esas circunstancias ya no son sinónimo de decadencia y falta de interés. Sólo es una nueva etapa de la vida, donde los viajes ocupan un lugar preponderante. Por lo menos así lo esperan los bolsillos de los organizadores de viajes. (Télam)


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