Punto de vista: Un elogio que llama la atención

Orlando Verna / Escenario

La televisión de Buenos Aires sigue nutriéndose de valores rosarinos, o por lo menos, destacados por su trabajo en los medios de Rosario. Una novedad que tiene dos caras. Por una parte, elogia a quienes se forman y sudan la gota gorda en una ciudad sin inversiones a la vista y sin productores arriesgados. Por la otra, deja el sabor amargo del éxodo. Si bien en este caso la tristeza está matizada por la capacidad de producción de sus hacedores. Se trata de Esteban y Pirin, humoristas del diario La Capital y de Radio 2 que comenzaron a colaborar en el remozado Canal 9 de Buenos Aires. El dúo dinámico no sabe de siestas y feriados. Además de su humor editorial y de contratapa en el decano de la prensa argentina, de sus micros en "Diez puntos" y de su espectáculo teatral, ahora los tíos se colaron en "Después de hora" con su cómica interpretación de la realidad. Con una presencia en los estudios de Palermo y con poco tiempo, como se trabaja comúnmente en periodismo, Esteban y Pirin arman segmentos que releen las noticias a través de un tema musical con letras risueñas. Los artistas se suman a la larga lista de rosarinos que comenzaron a emigrar hacia las luces de la Capital Federal cuando Gerardo Rozín terminó su contrato con Nicolás Repetto y se sentó en la silla de la gerencia de programación del antiguo Azul TV, mientras se negociaba su venta. Ya con Daniel Hadad como dueño de la emisora, Rozín confirmó a uno de sus más estrechos colaboradores, Marcelo López Maccia, otro rosarino. Ni bien éste consiguió el aval del canal llamó al Monchi Balestra, al que le siguió su entrañable amigo Ariel Aleart. Todos siguieron el camino de Pablo Granados, Pachu Peña, Reynaldo Sietecasse, Chiqui Abecasis, Luis Rubio, Luis Yorlano y siguen las firmas. Un orgullo para la ciudad y una llamada de atención para quienes tienen la responsabilidad de poner en el aire una televisión local con más programas y de mejor calidad.