Año CXXXV
 Nº 49.598
Rosario,
miércoles  11 de
septiembre de 2002
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Estimulación visual
Habilitaron el primer centro público de baja visión

Un equipo de profesoras en educación especial de ciegos y disminuidos visuales, coordinadas por el doctor Alejo Vercesi, titular de la cátedra de oftalmología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Rosario, ayudan a potenciar la visión de personas con problemas severos en el primer centro público de rehabilitación visual que funciona en la sala 20 del Hospital Centenario.
Mediante técnicas de estimulación visual las personas definidas técnicamente como ciegas pueden aprender a utilizar el remanente óptico "hasta lograr una cierta autonomía que les permita manejarse en lo cotidiano", afirmó a La Capital Anabel Albanesi, una de las creadoras del proyecto. El centro atiende los días miércoles, de 9 a 11.
La técnica se basa en estudios científicos que demostraron que la visión es una función aprendida y que su calidad puede mejorarse a través de un proceso sistematizado. A partir de estas conclusiones, las estimuladoras visuales, Anabel Albanesi y Liliana Koss, elaboraron una metodología de trabajo acorde al hospital.
El centro de rehabilitación y estimulación visual atiende en forma gratuita a quienes, luego del diagnóstico oftalmológico, deban someterse a un tratamiento. En el lugar, el paciente es sometido a una serie de test basados en ejercicios de luces y objetos, que permitirán planificar correctamente la orientación de la terapia.
"Si bien cada tratamiento se organiza según las necesidades de cada persona, el propósito es intentar que aprendan a desenvolverse en el ámbito cotidiano con el remanente visual", explicó Albanesi.
Los ejercicios de rehabilitación visual ayudan a esquivar bultos, protegerse en la calle, cruzar un semáforo o manejar billetes. También facilitan la realización de quehaceres domésticos, la organización de la casa y el lavado de la ropa, entre otras tareas.
Albanesi agregó que estas técnicas son de uso frecuente en otras partes del mundo y definió el rol de la estimuladora visual como aquella entrenada para evaluar el funcionamiento de los ojos. Para esto utiliza estudios oftalmológicos, psicológicos y fonoaudiológicos. Entre sus funciones está también la de incentivar la eficiencia de la capacidad visual, y entrenar en el uso de ayudas ópticas apropiadas.
"No hacemos que las personas vean mejor, sino que potenciamos la capacidad que la vista ya posee", cerró Albanesi.

Disminución visual
Las personas con baja visión son considerados ciegos o no videntes. Muchos cuentan con un remanente visual capaz de ser estimulado.
Albanesi distinguió dentro de este grupo tres niveles de disminución visual: \* Moderada: quienes utilizan ayudas especiales (anteojos, lupas, luces) para lograr una capacidad visual similar a la normal.
* Severa: la capacidad visual es menos precisa, aun con ayudas especiales. El desarrollo de tareas visuales requiere de más tiempo y energía, y es menos precisa.
* Profunda: cuando la realización de tareas visuales gruesas (esquivar bultos por ejemplo) presenta muchas dificultades y las actividades de detalle (leer pequeños caracteres, enhebrar una aguja) no pueden efectuarse visualmente.


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