Beneficiarios de planes comenzaron a limpiar el acceso sur de la ciudad

Despejaron las barrancas desde Ayolas hasta Uriburu

Rápidamente el paisaje comenzó a cambiar ayer en el acceso sur. Un centenar de beneficiarios del programa de Jefes y Jefas de Hogar -que cobran 150 pesos mensuales- se instalaron en las barrancas desde calle Ayolas hasta Uriburu para limpiar el predio que desemboca en la arteria. De hecho, la larga franja de terreno -incluso hasta donde termina el municipio- se había convertido en un basurero a cielo abierto, donde cirujas, vecinos y los automovilistas tiran desperdicios. En pocas horas y con escasos recursos, apenas bolsas grandes de residuos, pinches y rastrillos, los trabajadores dejaron casi limpio el lugar. La idea ahora no es sólo mantener en condiciones el sector, sino tal vez transformarlo en una plazoleta pública.
Estos trabajos son parte del programa implementado por el municipio para mejorar la imagen de la ciudad con mano de obra de los beneficiarios del subsidio nacional, que están obligados a realizar una contraprestación.
La limpieza y mantenimiento del acceso sur está a cargo de la Dirección de Política Ambiental y la Vecinal 22 de Julio. Con las pecheras verdes y algunas herramientas, unas cien personas limpiaron las barrancas y al poco tiempo, como por arte de magia, apareció el césped verde dando al sitio un aspecto diferente.
Sonia Oyola, dirigente de la vecinal, explicó que son muchas los beneficiarios de estos subsidios que se acercan a la institución a ofrecerse para hacer la tarea.
La iniciativa apunta a despejar el lugar, luego mantenerlo e incluso embellecerlo. "Pensamos forestar, poner algunos bancos y que los vecinos lo usen como espacio verde en vez de basurero", dijo Oyola.
En su mayoría quienes participan de estos trabajos son vecinos de la zona, algunos de Villa Manuelita, otros de La Tablada, de Los Gatos y el Mangrullo, y se acercaron hasta el predio a pie o en bicicleta. Hoy continuarán con las tareas de limpieza hasta finalizar y luego se mantendrá al menos tres veces a la semana.
Con buen ánimo los trabajadores expresaron su acuerdo con la iniciativa. Antonio, 23 años, rastrillo en mano, admitió que los vecinos tiran de todo. "Pero no sólo los vecinos, también los autos y camiones que pasan por la avenida", aseguró. Para Gregoria Torres, que vive frente al predio, el problema mayor es que con las lluvias se tapa la zanja de desagüe. "Se desparrama todo cuando se rebalsa y queda la basura toda tirada", añadió.

Las tareas incluyen la limpieza y el mantenimiento. (Foto: Marcelo Bustamante)