Año CXXXV
 Nº 49.593
Rosario,
viernes  06 de
septiembre de 2002
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El Umbral: "A pesar del caos general hoy nuestra música suena tranquila"
La banda presenta esta noche su último CD, "16 pistas". Mariano Suárez habla del nuevo sonido del grupo

José L. Cavazza / Escenario

En un recital con entrada gratuita, el grupo de jazz El Umbral presenta hoy, a las 21.30, en el teatro Lavardén, "16 pistas", álbum recién editado a través del sello rosarino Blue Art. La banda surgida en 1982 y que debutara en el Festival Internacional Mardel Jazz 82, actuó con algunos de los principales músicos de jazz argentinos como Horacio borraro, Bernardo Baraj, Fats Fernández, Néstor Astarita, Quique Sinessi y con el trombonista dinamarqués Erling Kroner.
"16 pistas" es el cuarto álbum de estudio del grupo integrado por Mariano Suárez (trompeta y flugelhorn), Luis Suárez ( saxo alto y flauta), Nono Belvis (guitarra) y Fernando de la Riestra (bajo). El nuevo disco, alejado del free jazz de los comienzos de la banda, se caracteriza por un tono relajado y tranquilo, con arreglos muy elaborados y con un sonido bastante cool como resultado.
Mariano Suárez, en charla con La Capital, señaló que aunque el disco muestra una mayor elaboración al grupo le sigue interesando la improvisación libre. Además afirmó que El Umbral se encuentra en una etapa muy tranquila. "Será que nos estamos poniendo viejos", dijo el mayor de los hermanos Suárez.
-¿Qué significa hoy, en la Argentina actual, editar un disco de jazz en Rosario?
-Hacer cualquier proyecto editorial hoy es un riesgo grande y bastante complicado. Específicamente, en el tema disco y sobre todo de jazz, es aún más difícil porque siempre fue un mercado poco accesible. Pero, bueno, aquí estamos en medio de un negocio que nunca fue floreciente. La idea es mostrar lo que uno está haciendo, porque el disco para nosotros es como un corte en un camino que empezó hace exactamente 20 años. Cada disco es como un punto exacto en medio de un trayecto que para nosotros ha sido tan largo como importante. El hecho de editarlo en Rosario para El Umbral es una novedad, ya que los anteriores discos siempre lo editamos en Buenos Aires. Estamos muy contentos con el resultado del trabajo de edición que se hizo con "16 pistas".
-Se puede decir que "16 pistas" va a contrapelo del caos social y político, con un sonido transparente, a veces bucólico y casi siempre tranquilo.
-Sí, creo que es así. Al comienzo, la música de El Umbral era como más salvaje. A pesar del país, de su estado de convulsión, nosotros estamos en una etapa muy tranquila. Será además que estamos más viejos. De todos modos, también en el nuevo disco hay algunas cosas puntuales que remiten al sonido free que caracterizó etapas anteriores del grupo, aunque hoy aparecen casi como un guiño al pasado. Porque es cierto, el paisaje general del disco es bastante tranquilo.
-¿Hoy El Umbral está menos jazzero? ¿Hay más elaboración?
-En realidad, hay un poco de todo. Hay estructuras bastante rígidas y también mucha flexibilidad. Siempre nos va a interesar la improvisación libre y eso es inherente al jazz. Lo que tenemos en claro es que no forzamos el camino en ningún tema, dejamos que fluya naturalmente. También es cierto que hoy estamos bastante lejos del free jazz, aunque siempre va a ser un camino interesante para nosotros.
-¿Cómo definirías al nuevo disco?
-Sigue una línea o dirección que en los anteriores discos también estuvieron marcadas. También las colaboraciones que aparecen en el disco -Fernando Kabusacki, Jorge Migoya, Eduardo Avena y Jean Baptiste Colas, entre otros- aportan otro sonido, provocando un ir y vuelta con la banda.
-¿Qué es lo que más distancia a El Umbral de aquel grupo de los 80?
-Pasaron veinte años desde que el grupo debutó en Mardel Jazz. El sonido era más crudo, pero a partir de incorporación definitiva de Nono Belvis en guitarra cambió por una cuestión natural. De todos modos, la línea de El Umbral siempre fue más o menos la misma: composiciones propias y tocar de una manera jazzística sin estar atado a estructuras de la tradición del jazz. Lo que puede aparecer como novedad de los últimos tiempos es la improvisación colectiva.
-El público en Rosario parece seguir atento a lo que pasa con el jazz local...
-Acaba de finalizar el Festival de Jazz Rosario y la verdad que estuvo muy bueno. Algunas propuestas nuevas me parecieron muy interesantes, como fue el caso de la banda Fuga de Cerebros.
-Fuera de Rosario, ¿qué grupos te gustan hoy?
-Quinteto Urbano me parece muy bueno. También Cambio de Celdas, el trío del pianista Ernesto Jodos que el año pasado estuvo en el Parque de España, y el cordobés Fernando Tarrés. Son todos músicos que intentan trabajar sobre composiciones originales.
-¿La idea básica de El Umbral está basada en el riesgo musical?
-Sí, porque producir algo ya visto y escuchado es un esfuerzo inútil. Versionar a Miles Davis o Chet Baker es algo difícil de hacer para nosotros y, aunque es un buen ejercicio para cualquier músico de jazz, no nos interesa como propuesta, a pesar de que uno escucha todo el tiempo esa música. En mi caso prefiero siempre escuchar a los compositores originales.



El grupo rosarino de jazz tocará sus nuevos temas. (Foto: Angel Amaya)
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