Se casó la hija de Aznar

Reyes, políticos y artistas asistieron a la ceremonia que acaparó la misma atención que una boda real

El casamiento de Ana Aznar, hija del presidente español, y Alejandro Agag, ex secretario general del Partido Popular Europeo, convocó anoche en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial a reyes, jefes de Estado y de gobierno, ministros, famosísimos del mundo de la canción, el arte y el deporte. Cientos de periodistas cubrieron la ceremonia que acaparó la misma atención que una boda real.
Enfundada en un vestido de corte clásico en gaza natural color blanco roto y velo de tul sujeto con unas flores -un modelo de Aby Güemes, la diseñadora favorita de su madre- Ana Botella entró al monasterio construido por Felipe II, del brazo de su padre, el líder del conservador Partido Popular (PP), que lucía un chaqué clásico y una amplia sonrisa.
El novio, también de chaqué clásico, había llegado 40 minutos antes que su prometida, aunque volvió a salir con su suegra para recibir a los reyes de España, Juan Carlos y Sofía.
Dentro se encontraban ya el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, que ofició la ceremonia, y los 1.000 invitados, entre ellos los primeros ministros de Italia, Silvio Berlusconi, Gran Bretaña, Tony Blair, Portugal, José Durao Barroso, y el presidente de El Salvador, Francisco Flores.
La presencia de artistas como Julio Iglesias -que coincidió con su ex, Isabel Preysler y su esposo, el ex ministro Miguel Boyer, único socialista en el acto-, Raphael, el cineasta José Luis Garci, las modelos Inés Sastre y Nieves Alvarez y hasta el ex seleccionador de fútbol José Antonio Camacho y el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, además del magnate de la prensa Rupert Murdoch.
Las alternativas que rodearon a la boda han sido portada en los grandes diarios de tirada nacional, ha ocupado espacios en los telediarios y las revistas del corazón adelantarán su edición para dar todos los detalles de esta boda de una "plebeya" con ribetes de ceremonia real.
Algo que sin embargo ha despertado no pocas críticas, ya que al fin y al cabo no se trata de personajes que desempeñen siquiera una función pública -Alejandro dimitió de sus cargos al anunciar el compromiso y ahora trabaja en la banca privada- y su boda ha modificado incluso la agenda del gobierno, hasta el punto de que Aznar no acudió a la Cumbre de Johannesburgo por la proximidad del día más importante de la "Nenona", como llama a su única hija. (DPA)