El libro con las memorias de una prostituta afiebra a Chile

La millonaria Anita Alvarado ya lleva vendidas 7 mil copias de su biografía

Al publicar la historia de su vida como prostituta, la desenfadada, avasalladora y millonaria Anita Alvarado desató una verdadera fiebre en la conservadora sociedad chilena.
La biografía de la llamada geisha chilena se ha convertido en súper ventas en las librerías del país y ha cautivado público en todos los estratos sociales. Dueña de una mansión en las afueras de Santiago, la prostituta más famosa de Chile vendió en dos semanas 7.000 copias de su libro, "Me llamo Anita Alvarado", una cifra descomunal para el mercado literario chileno.
"Soy original, soy sincera y aquí, en este país, están acostumbrados a que uno hable con mentiras. En este libro está cómo se consiguen cinco millones de dólares", declaró en el lanzamiento de sus memorias, aludiendo a su fortuna.
El olfato para los negocios de los ejecutivos de Ediciones B, la empresa que apostó a publicar la historia, pavimentó el camino a la fama de la prostituta, una mujer morena, de estatura media que generalmente viste con generosos escotes.
Alvarado partió a Japón a los 19 años, en busca de mejor fortuna, la que consiguió no sólo ejerciendo la prostitución sino también al casarse con Yuji Chida, un ex ejecutivo acusado ahora de desfalcar a una corporación estatal por unos 11 millones de dólares.
De extracción humilde, Alvarado reconoce que se casó con Chida por dinero, aunque asegura que jamás supo en qué condiciones conseguía su marido los millones de dólares que le obsequió. "Me casé por interés, porque merecía algo más. Me declaré prostituta y a mucho orgullo. No me arrepiento de nada", dijo en una entrevista.
Sin embargo, Alvarado enfrenta actualmente una batalla legal para intentar retener parte de la fortuna que le habría traspasado su marido y que la tiene al borde de perder su ostentosa mansión. El proceso judicial se inició en Japón, cuando la Corporación Estatal de Ahorro para la Vivienda (Aomori) demandó al esposo de la acaudalada prostituta y lo acusó de desfalco.
Poco después, Chida, quien permanece en Japón, llegó a un acuerdo para restituir parte del dinero que consiguió mientras era ejecutivo de la entidad, lo que llevó a las autoridades su país a interponer demandas en los tribunales chilenos para incautar los bienes de Alvarado.
Alvarado pasó de atender sexualmente a ocho hombres al mismo tiempo, por cincuenta dólares cada uno, en un abarrotado bar japonés, a cobrar más de 100.000 por sus servicios de prostituta en su mansión, según su libro. (Reuters)

La llamada geisha chilena desató una gran polémica.