Año CXXXV
 Nº 49.587
Rosario,
sábado  31 de
agosto de 2002
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Los dueños de la calle. La policía no pudo esclarecer ninguno de los hechos
Soltaron a tres secuestrados en Buenos Aires tras cobrar rescates
Familiares de Jorge Milito, Juan Pablo Anceschi y la hija de un empresario negociaron solos

El padre de los futbolistas Gabriel y Diego Milito, un adolescente hijo de un acaudalado empresario y la hija de un gerente petrolero fueron liberados ayer por sus captores tras sufrir secuestros extorsivos. En una ola de violencia delictiva que la dirigencia política bonaerense insiste en atribuir a un intento de crear pánico, se estructuró un plan de prevención y represión del delito que reúne a la Policía Federal, la Prefectura y la Gendarmería. Hasta anoche, la policía no había logrado esclarecer ninguno de los hechos.
Sano y salvo y sin querer revelar cuánto se pagó por su vida, Jorge Milito, fue liberado ayer por los secuestradores que lo tuvieron casi 24 horas cautivo en un lugar de la zona sur de la provincia de Buenos Aires. A la madrugada los secuestradores le ordenaron a la familia Milito con qué auto tenían que ir a pagar el rescate y, cerca de las 7, el padre de los futbolistas fue abandonado en un camino paralelo a la autopista Buenos Aires-La Plata, en Berazategui, desde donde tomó un remise para volver a su casa.
La policía dice que tiene algunas pistas y trata de encontrar rastros de la banda que lo mantuvo cautivo: se cree que eran al menos seis "profesionales" y que hicieron serias "tareas de inteligencia" en los alrededores de la casa de los Milito los días previos al secuestro.
El empresario Hugo Issa, representante de Gabriel Milito -defensor de Independiente- y uno de los que participó de las negociaciones, aseguró que los dos llamados que ingresaron a su celular se concretaron en la zona de Ezpeleta y Quilmes.
La pesadilla para los Milito empezó en el mediodía del jueves último, cuando Jorge llegaba a su casa, en Alem 476 de Bernal, del partido de Quilmes, y a plena luz del día fue interceptado por dos hombres que lo obligaron a pasarse a la parte de atrás de su auto y tomaron el control del vehículo.

El hijo del empresario
Juan Pablo Anceschi, el chico de 15 años secuestrado el miércoles último en la localidad bonaerense de Ramos Mejía, apareció ayer a la madrugada sano y salvo en El Jagüel, en el partido de Esteban Echeverría, tras el pago de un rescate. Apenas pudo manifestó su deseo de irse del país debido a la creciente ola de inseguridad y dijo que tuvo miedo que lo mataran.
El chico fue liberado ileso tras permanecer casi 36 horas en poder de sus secuestradores.
Juan Pablo fue dejado a las 2.10 cerca de una villa miseria de El Jagüel, en el sur del Gran Buenos Aires, curiosamente en la misma jurisdicción donde fue secuestrado otro adolescente, Diego Peralta, de 17 años, cuyo caso tuvo un final trágico ya que apareció asesinado 39 días más tarde en una tosquera de Ezpeleta, pese a que su familia pagó rescate.
Tras su liberación, con los labios morados por el frío y el miedo de no saber dónde se encontraba, Juan Pablo deambuló durante más de una hora, pidió ayuda en dos lugares donde no le quisieron abrir hasta que tocó timbre en una remisería, desde la cual se comunicó telefónicamente con sus padres.
Susana Sánchez, la dueña de la remisería San Jorge situada en Márquez de Aguado 470 -donde apareció Juan Pablo- dijo que el chico estaba "desabrigado, tenía mucho frío, tocó el timbre" y su hija le abrió la puerta, momento en el que "se dio a conocer como el adolescente secuestrado en Ramos Mejía. Tomó un té y luego se comunicó con su madre", agregó.
El chico, hijo del ex dueño de la firma Klaukol, líder en la venta de adhesivos para materiales para la construcción, fue secuestrado el miércoles último a las 15, cuando se encontraba jugando en el cybercafé Mac Rock, en pleno centro de Ramos Mejía.
Su padre, Juan Marcos, había salido de su casa para llevarlo hasta el colegio Don Bosco, donde cursa el noveno año de EGB, ya que a las 16 tenía clase de gimnasia, pero irrumpieron en el local dos delincuentes armados que, tras apuntar al chico con un arma en la cabeza lo obligaron a entrar a un auto en el que emprendieron la fuga.
Cerca de las 19 del jueves el padre del menor atendió un llamado en el que por primera vez recibió una prueba de vida al poder hablar con su hijo.
Señaló que, en medio de un ataque de hipertensión y medicado por sus propios familiares, desde su casa fue a la de su hermana, y que recién desde allí, y también saliendo por el fondo, logró irse sin ser visto en su automóvil.
Los delincuentes se comunicaron al teléfono celular del empresario y le hicieron hacer distintas postas, hasta que finalmente tomó por el Camino de Cintura y alrededor de la medianoche del jueves arrojó el paquete con el dinero en un puente ferroviario sobre esa ruta, a la altura de la fábrica de neumáticos Firestone, cerca de Monte Grande, en Esteban Echeverría.

Dejaron ir a una chica
También ayer, una chica de 15 años, que había sido secuestrada en San Isidro, fue liberada en el partido bonaerense de Avellaneda, luego de que su familia pagara un rescate de 30 mil dólares. La adolescente (de quien no se suministraron datos filiatorios), hija del gerente de una compañía petrolera, fue secuestrada en un shopping cuando se encontraba con una amiga.
Al parecer, los captores pidieron a la familia que entregara un millón de dólares a cambio de su hija, luego se habló de 500 mil dólares, y finalmente se pagaron 30 mil dólares. La policía no recibió denuncias. (DyN, Télam y DPA)



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