Año CXXXV
 Nº 49.587
Rosario,
sábado  31 de
agosto de 2002
Min 3º
Máx 12º
 
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cartas
Que tengamos un ¡feliz clásico!

Soy leproso, pecho como nos llaman los primos, festejo el gol del pájaro, el invicto del Coloso y todo lo que se pueda festejar con la rojinegra. Pero...tengo algún gen canalla, porque a pesar de que nosotros tuvimo al Diego, al Bati, a Samuel, al Mono Obberti, a Marito y al Loco Bielsa, ustedes son la cuna del matador Mario Alberto. Mi hija es canalla y no pienso que se arrepienta. Me encantaría llevarla a ver a lacadeeeeee. Pero tengo miedo de todas las cosas que rodean al fútbol y el pero...sigue, porque con mi amigo Jorge y mi peluquero que me llevaron al Gigante grité los goles de lacadeeee en la Libertadores y en la Conmebol. Grité el gol que nos hizo el Matador en su clásico de despedida. Grité hasta los goles de la final de la copa que ganaron poniendo lo que hay que poner según la jerga. Y bueno, mañana no puedo ir al clásico. Me gustaría ir con mi familia y disfrutar de la fiesta; es más, me gustaría estar en la hinchada de Central con la camiseta de la lepra sin que me rompan la cabeza de un botellazo y reírme de las cargadas. O al revés. Me gustaría que las barras se gasten en cantos, que alimenten el folclore del deporte más lindo. No digo que terminen a los besos y a los abrazos, pero que se respeten y se diviertan a lo loco. Es más, el clásico sería aparte, el partido que termine y que siga la música, canto va y canto viene, duelo artístico de barras, fuegos artificiales y después todos nos encontramos a la salida pero no para hacer despelote, sino para el chori y la coca. Y que yo te gaste un ratito a vos, canalla y vos a mí. Y que yo con mi camiseta de Ñuls, mi hija con la de Central y vos con los tuyos podamos volver al verdadero superclásico.
Gustavo Leonardo Rosito


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