Año CXXXV
 Nº 49.580
Rosario,
sábado  24 de
agosto de 2002
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Un disfraz para el viejo proteccionismo
El nuevo juego de los poderosos. Las trampas de la reforma europea y la nueva ley agrícola de EEUU

Ernesto Liboreiro (*) María Marta Rebizo (**)

Durante el mes de julio, la Comisión Europea presentó al Parlamento europeo una propuesta de reforma de la Política Agrícola Común (PAC). Esta se enmarca dentro de lo que se llama "revisión de medio tiempo" de la PAC que rige por el período 2000-06 acordada en 1999.
La propuesta de la Comisión intenta atacar cuatro frentes distintos: tres de orden interno y uno internacional. Los de orden interno son generar productos de mayor calidad y más seguros, en primer lugar. Tras la crisis de seguridad alimentaria ocurrida en los últimos años, a partir del "llamado mal de la vaca loca", la fiebre aftosa y las dioxinas en pollos, los europeos se han vuelto más exigentes en lo que consumen y exigen alimentos de calidad y seguros.
Segundo, se intenta justificar ante los consumidores el gasto de la PAC, que ocupa casi el 50% del presupuesto comunitario. Adicionalmente hay cierta tirantez entre los países de la comunidad por seguir financiando la PAC y esto se debe a que los mayores opositores (Alemania, Reino Unido, Bélgica y Holanda) son los menos beneficiados, mientras que países como Francia y España se encuentran entre los más beneficiados y solo están en favor de modificaciones menores. Argumentar que la PAC sirve para generar productos de mayor calidad, más seguros, que protegen el medio ambiente y el bienestar animal puede llegar a ser un buen justificativo para que los consumidores, que al fin de cuentas son quienes financian la PAC vía impuestos, se sientan más satisfechos y encuentren una razón para mantenerla.
En tercer lugar, sirve para preparar el terreno para la entrada de los países de Europa Central y Oriental. Con esta reforma, podría llegar a disminuir el gasto actual de la PAC orientando simultáneamente a los productores comunitarios a emplear más las señales del mercado y así hacerlos más eficientes, preparándolos para competir con los países que luego se integren.
Por último, en el orden internacional, la reforma le podría dar a la UE figuritas para cambiar en la Ronda del Desarrollo (RD) de la OMC. El comisario europeo para la Agricultura, Franz Fischler, dejó en claro, que para introducir en las negociaciones de la RD temas como seguridad alimentaria, calidad del medio ambiente, protección de los animales, bienestar animal (todos temas hoy excluidos de la OMC) hay que dar algo a cambio.
Teniendo en cuenta este último frente, no puede decirse que la UE esté disminuyendo su protección sino que la está disfrazando. Está bajando levemente los subsidios al productor (propone disminuirlos en un 20% en un lapso de 7 años) y se está preparando para esgrimir barreras no arancelarias (BNA"s) bajo la bandera de la mayor calidad y seguridad, el cuidado del medio ambiente y el bienestar animal. El enfoque es similar a lo que ocurre con la Directiva 18, que establece la obligatoriedad del etiquetado y trazabilidad de organismos genéticamente modificados, que los europeos fundamentan en el derecho de los consumidores, sin que se haya demostrado científicamente que los organismos biotecnológicamente mejorados produzcan daño alguno a la salud humana, conforme al principio contenido en el Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias de la OMC.
Las semejanzas entre la nueva ley agrícola de EE.UU. y la propuesta de reforma de la PAC europea son:
1) Ambos tienen el objetivo de mantener estable el ingreso de los agricultores, creando una red de seguridad de los ingresos. Tanto la UE como los EEUU diseñan su política agraria con el objetivo de garantizar al agricultor un ingreso mínimo.
2) La forma de lograrlo es mediante el otorgamiento de pagos directos desasociados del nivel de producción o de la actividad que se escoja realizar durante el año en que se da la ayuda. En economía esto equivale a un subsidio de suma fija, que tradicionalmente se ha considerado que no estimula una actividad en desmedro de otra (es decir no altera los precios relativos). Sin embargo, hay fuertes indicios de que también aumentan la producción agropecuaria en su conjunto, aunque en menor medida que los precios sostén. La seguridad de un ingreso mínimo incentiva a una mayor inversión provocando aumento en la producción.
3) Ambos tratan de eludir los compromisos en la OMC. Tanto la UE como EEUU están rediseñando su política agraria común con el objetivo de seguir subsidiando pero no a través de los programas que la OMC considera como más distorsivos y susceptibles de ser recurridos legalmente en el Organo de Solución de Diferencias.
4) Los dos instrumentos constituyen indicios negativos con respecto a la predisposición que tienen estas potencias para hacer concesiones en el marco de las negociaciones de la Ronda del Desarrollo que están teniendo lugar. Puede argumentarse que la propuesta reciente de EEUU para negociar es auspiciosa, pero la realidad es que la ley agrícola nueva está vigente en tanto que aquella es sólo una declaración de intención.
5) Tanto la UE como los EEUU se preparan para un mundo del futuro con mayor diversidad de productos, mayor valor agregado, contemplando nuevos usos para los productos tradicionales, asignando fondos para la investigación en el uso de ellos como combustibles, recursos para conservar el medio ambiente, etcétera.
Las diferencias entre la nueva ley agrícola de EEUU y la propuesta de reforma de la PAC europea son:
1) La UE con esta propuesta convertiría gran parte de sus subsidios distorsivos en subsidios medianamente distorsivos. EEUU, al contrario, aumenta los subsidios que ya tenía y formaliza mediante la ley uno que se utilizaba solamente en casos de caídas pronunciadas de precios (1998 a 2000). Es decir, le da estabilidad a un nuevo subsidio que antes aparecía como excepcional.
2) El proyecto de la UE apunta a reducir los pagos directos a los agricultores en un 20% en un período de 7 años, mientras que la ley de EEUU proyecta aumentarlos.
3) En especial los precios sostén de EEUU para los cereales aumentan, mientras que los de la UE disminuirían (5%).
4) En el caso de EEUU se habla de una ley sancionada, mientras que la de la UE es solamente una propuesta de la Comisión.
5) La reforma de la PAC contempla las preocupaciones de los consumidores, mientras que la ley de los EEUU no.
6) La reforma de la UE ofrece una zanahoria con las reformas propuestas para disponer de un elemento de negociación con la intención de conseguir concesiones en los temas del "desarrollo rural" en la Ronda del Desarrollo que seguramente luego serán utilizados como barreras no arancelarias.

(*) Director ejecutivo del Instituto de Negociaciones Agrícolas Internacionales (Inai)
(*) Economista del Inai


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