El real cerró ayer en un nuevo mínimo histórico, siguiendo una racha que ya lleva ocho jornadas, y acentuó la incertidumbre en el mercado cambiario brasileño, que se encuentra muy susceptible ante la inminencia de las elecciones presidenciales en Brasil. Frente a esto, muchos economistas apuestan a que las reuniones de emergencia entre los funcionarios del país vecino y el FMI generarán una asistencia para atenuar las pérdidas. Sin embargo, los analistas advierten a los inversores que no hay que sobreestimar el tamaño de la posible ayuda.
En este sentido, el presidente del Banco Central de Brasil, Arminio Fraga, indicó que desde el gobierno se espera alcanzar un acuerdo con el FMI antes del 12 de agosto. Ayer, un grupo de funcionarios encabezados por el viceministro de Hacienda, Amauri Bier, y el director de Política Económica del Banco Central, Ilan Goldfajn, comenzó a negociar en Washington una nueva ayuda con el organismo internacional. El equipo brasileño buscará obtener entre 10 y 20 mil millones de dólares para enfrentar las turbulencias, indicaron ayer fuentes del gobierno de Fernando Henrique Cardoso.
Como contraprestación, se comprometerán ante el Fondo a implementar nuevas metas para el superávit interno y pequeños recortes en el gasto público.
Pero los analistas dudan de que el FMI se comprometa inmediatamente con esos montos, o incluso a firmar un acuerdo de más largo plazo, dada la incertidumbre por las elecciones de octubre y la postura poco clara de los principales candidatos con respecto a si apoyan un préstamo de transición. El paquete de asistencia "podría ser algo más moderado, quizás otros 5.000 millones de dólares", dijo Odair Abate, jefe de economistas de Lloyds TSB, en San Pablo.
De acuerdo a los voceros, la propuesta que lleva la misión brasileña contempla un refuerzo en la meta autoimpuesta por el gobierno del presidente Cardoso de un superávit del 3,75% del PBI, como prevé la ley de presupuesto para 2003.
En materia de gastos, el margen sería casi inexistente. Las fuentes señalaron que tan sólo hay "un espacio" en los llamados "gastos discrecionales", unos 3.100 millones de dólares anuales que se utilizan para el funcionamiento de la "maquinaria" del gobierno, como viajes, energía y teléfonos, entre otros. Un recorte de 1.000 millones en este campo llevaría el superávit primario de todo el sector público, en doce meses, al 4% del PBI.
Un mayor superávit sólo podría ser alcanzado aumentando los impuestos para 2003. Una decisión semejante afectaría aun más la ya debilitada candidatura del oficialista José Serra para las elecciones presidenciales de octubre y difícilmente sería aprobada por el Congreso.
El real en picada
Mientras avanzan las negociaciones con el FMI, la moneda brasileña, el real, volvió ayer a retroceder un 4,9% y el dólar se ubicó a 3,47 reales, la octava pérdida consecutiva. El real perdió un 34% de su valor en lo que va del año, y un 19% sólo en este mes, incluso después de que el \Banco Central vendiera 1.500 millones de dólares en el mercado de divisas en julio para defender a la moneda.
Ante la escasez de efectivo que experimenta Brasil en estos días, Fraga dijo el martes que el gobierno buscará extender su actual acuerdo con el FMI hasta 2003. El acuerdo vigente ahora, por 15.700 millones de dólares, vence en diciembre.
En tanto, la Bolsa de San Pablo cerró con una suba de 4,50% impulsada por las acciones de las empresas exportadoras que se benefician con el alza del dólar.
"No hay cultura de dólar"
En tanto, los sectores productivos iniciaron una ofensiva para frenar la crisis. Ayer, el director de la Federación Industrial de San Pablo, Juan Manuel Quirós, afirmó que en Brasil hay "un golpe especulativo" como consecuencia de la proximidad de las elecciones presidenciales en ese país, y remarcó que los brasileños "no conocen la cultura del dólar, como en la Argentina".
"Brasil es un caso muy especial", subrayó Quirós, quien reconoció que "la especulación sobre el real está fuera de control", pero aseguró que "la economía brasileña está sólida, se sigue comprando y vendiendo". El temor de los inversores se acelera mientras se acercan las elecciones y desde el mercado temen las reacciones de los candidatos que lideran las encuestas como Lula"da Silva (Partido de los Trabajadores) y Ciro Gomes (Frente Laborista).
La Ciudad
