Fernando Toloza / La Capital
"Sentencia previa" se presenta como una combinación para el éxito: Tom Cruise dirigido por Steven Spielberg, en una historia basada en un relato de Philip K. Dick, uno de los escritores más frecuentados en las películas de ciencia ficción de Hollywood. El filme se estrena hoy en Rosario y llega con el antecedente de haber conquistado la taquilla en la semana de su estreno en Estados Unidos, un dato que la mayoría de las veces tiene una repercusión positiva en los cines de la Argentina.
La historia del filme transcurre en el año 2054 en la ciudad de Washington. La visión del futuro que presenta la película evita las catástrofes y las guerras y la tecnología está al servicio del hombre. Uno de los grandes adelantos científicos de la época es un sistema para detectar los crímenes por venir, que permite detener a los delincuentes del mañana y llevarlos a una cárcel, donde se les emiten las imágenes de la atrocidad que no llegaron a perpetrar.
El poder de la tecnología es tan grande que ha permitido canalizar las fuerzas difusas de la parapsicología. Un grupo de videntes, denominados Pre-Cog, es el que visualiza las escenas criminales y sus visiones tienen el valor de prueba.
Tom Cruise interpreta a John Anderton, el jefe de la unidad especializada Pre-Crimen, del Departamento de Justicia. Pre-Crimen es el sistema que caza a los criminales en potencia. Anderton llega a este trabajo luego de una tragedia personal que lo hace asumir las premisas de completa seguridad que preconiza Pre-Crimen. Anderton piensa que si el sistema hubiese funcionado en el pasado reciente, alguien le habría advertido los peligros que corría su pequeño hijo y el podría haber evitado su desaparición.
La tragedia de su vida es el motor de Anderton. Pone todo su empeño para lograr un mundo seguro y jamás duda del sistema de Pre-Crimen hasta que un día el sospechoso a ser detenido es él mismo. Como "El fugitivo" del futuro, Anderton escapa para probar su inocencia, pero a diferencia de su "colega" casi no tiene forma de esconderse en una sociedad futurista donde todo está controlado, desde el hecho mismo de subirse a un auto hasta un paseo por las afueras de la ciudad.
Anderton tiene sólo 36 horas para encontrar un raro "informe minoritario" (de ahí el título original de "Minority report") que probará su inocencia, pero pondrá también en cuestión la legitimidad de todos los arrestos y castigos impuestos por la unidad Pre-Crimen.
La película plantea, bajo el amparo de la ciencia ficción, el tema de la seguridad y las libertades que la gente está dispuesta a perder por un supuesto "mundo en orden". En ese sentido, se inscribe en el registro de las ficciones que indagan sobre el totalitarismo, que bajo de la excusa de beneficiar a la humanidad comete, justamente, los peores atentados contra la humanidad.
En la época de su estreno en Estado Unidos, en junio pasado, Steven Spielberg comentó al diario The New York Times que la película tocaba un tema de urgente actualidad para el público. "En este momento la gente está dispuesta a sacrificar muchas de sus libertades para sentirse seguros. Están dispuestos a dar al FBI y a la CIA mayores poderes para, como dice a menudo el presidente George Bush, extirpar" a los terroristas, dijo.
En las mismas declaraciones, el cineasta confesó: "Yo mismo estoy dispuesto a renunciar a algunas de mis libertades personales para evitar que un 11 de septiembre suceda otra vez. Pero la cuestión es ¿dónde se pone el límite?, ¿cuánta libertad estamos dispuestos a sacrificar? Esto es de lo que trata la película", agregó.
Para este fin Spielberg se propuso unir acción y tensión psicológica, sin descuidar los efectos visuales, que abarcan, según las notas de producción, 481 tomas. Una cifra que Spielberg no alcanzaba desde "Encuentros cercanos del tercer tipo".
Pero la cantidad de efectos visuales no debe confundir. "Sentencia previa" no quiere ser una película luminosa. Spielberg se propuso hacer un "film noir" y así se lo transmitió a su director de fotografía Janusz Kaminski: "Le dije a a Janusz que que quería hacer la película más fea y sucia que jamás hubiese hecho". Claro que las oscuridades de Spielberg tal vez en la Argentina sean apenas un cuento de hadas.
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