Año CXXXV
 Nº 49.556
Rosario,
miércoles  31 de
julio de 2002
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El real volvió a derrumbarse

La economía de Brasil entró en ebullición y todo parece indicar que la crisis argentina imprimió un efecto contagio del cual es muy difícil librarse. Ayer el mercado de cambios del país vecino volvió a vivir una jornada negra, que terminó con la cotización del dólar en un nuevo máximo histórico, pese a las medidas de intervención anunciadas por el Banco Central y a la reapertura de negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La moneda estadounidense cerró a casi 3,36 reales, y experimentó un aumento del 3,94% frente al cierre del lunes.
Poco antes del cierre del mercado, el Banco Central anunció que la política de intervenciones diarias en el cambio, que expiraría el 31 de julio, será mantenida en agosto, y que el gobierno se dispone a "irrigar" el mercado con 1.835 millones de dólares.
La apertura de las negociaciones con el FMI no calmó los ánimos brasileños, lo que quedó evidenciado en los niveles de riesgo país que ayer trepó hasta los 2.339 puntos básicos. Sin embargo, la Bolsa de San Pablo logró escapar a la tendencia negativa y cerró 1,09% arriba.
Según el director de Política Monetaria del Banco Central de Brasil, Luiz Fernando Figueiredo, el gobierno venderá al mercado 50 millones de dólares por día y renovará todas las líneas de crédito externas en manos del mercado que vencen en el próximo mes. Figueiredo aseguró que el gobierno considera que ese monto es "adecuado para el momento", pero no descartó la posibilidad de intervenciones adicionales, en caso de que persista el clima de nerviosismo en el mercado.
La tendencia aparentemente incontrolable de depreciación de la moneda brasileña, que se devaluó en más del 40 por ciento frente al dólar desde enero, se mantuvo ayer pese al anuncio del gobierno de reapertura de las negociaciones con el FMI con miras a la prórroga del actual acuerdo, con liberación de una nueva ayuda financiera de al menos 20 mil millones de pesos.
Los expertos apuntan que la causa inmediata de la disparada del dólar es la escasez de la moneda estadounidense en el mercado, que afecta incluso a las empresas que necesitan créditos comerciales. Además, existe fuerte preocupación de los inversionistas internacionales por el elevado monto de la deuda brasileña interna y externa, que hoy sería equivalente a casi un 60% del Producto Interno Bruto (PIB).
Según los analistas, el mercado también está escéptico en cuanto a las posibilidades de un nuevo acuerdo con el FMI en vísperas de las elecciones presidenciales de octubre, en la que dos candidatos de la oposición de izquierda.


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