Año CXXXV
 Nº 49.556
Rosario,
miércoles  31 de
julio de 2002
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Todos piden un cambio

Entre los propietarios de las viviendas que se intercalan con inmuebles de la Universidad se escucharon testimonios coincidentes en favor de una venta de los terrenos que dé paso a construcciones. Con las casas y quintas que se lucen por Chacabuco, pero que llegan hasta allí nada más, los vecinos creen que un loteo en las manzanas comprendidas por las paralelas Beruti y Esmeralda podría generar atracción.
Liliana y Víctor Capiello, pareja, consideraron que una iniciativa así resultaría "espectacular" para el futuro del barrio ya que el sector "está muerto: los comerciantes se fueron, muchos vecinos también, y lo único que se hizo fueron placitas".
"Sería una forma de que las propiedades se revaloricen porque indudablemente la zona de casas lindas y quintas que llega hasta Chacabuco se extendería para acá: eso traería más comercios, kioscos, movimiento. Esto, como está, no es negocio para nadie; algo tienen que hacer", finalizaron.
Iván Julio Acosta, bordeando los 60 años, vive en Cerrito y Esmeralda desde los 18. "Sería fantástico", dijo también. "El barrio cayó mucho; muestra de eso es que mucha gente se fue, decidió venderle su casa a la Universidad para irse a otra parte. Acá había muchos trabajadores, portuarios una gran parte, todos humildes y buena gente. Después se convirtió en villa, que entre la Universidad y la Municipalidad fueron desalojando; y entonces se hicieron plazas. Es medio triste por la inseguridad que hay, uno nunca está tranquilo, aunque no tengo nada contra nadie. Este sector lo tienen que urbanizar, sería conveniente para todos", opinó.
Rubén Pérez vive en Beruti 1957, casi pegado a la villa de la Sexta. "Muchos muchachos murieron porque se los pescó en atracos, otros están presos. El barrio parece estar más tranquilo y se puede andar: a mí nunca me robaron porque me conocen; pero a mis vecinos, a todos", reconoció, para invitar a "que vengan, construyan y haya trabajo".
Néstor Bistecio, técnico radiólogo, vive en Chacabuco y Riobamba, fuera de la zona pero a pocos metros del límite. "Si no hacen algo, van a usurpar más casas. Por supuesto que nuevas obras podrían revalorizar todo el sector. Eso sí, que no se les ocurra después declararnos zona residencial y aumentar los impuestos, porque si nos bancamos 40 años con problemas y atemorizados, resultaría buena una compensación. A su juicio, si el proyecto sigue adelante "habría que prestar atención a que no se hagan construcciones altas, de varios pisos, como en barrio Martin. Nada que nos tape el sol y nos aleje de la naturaleza, por favor".


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