Año CXXXV
 Nº 49.555
Rosario,
martes  30 de
julio de 2002
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Investigación sobre la represión de diciembre
Denuncian más casos de baleados con plomos sin constancia policial
Dan cuenta de hechos no informados por las comisarías a la Justicia. Lo que presupone ocultamiento

El juez que investiga la actuación policial durante los disturbios de diciembre pasado recibirá hoy la denuncia del caso de dos hermanos que, pese a sufrir lesiones graves con perdigonadas de plomo en barrio Las Flores, no fue informado por la comisaría de la zona a Tribunales. Casos como éste se encuadran en presuntas omisiones ya advertidas por el magistrado actuante. Que se enteró por la denuncia de un organismo de derechos humanos que había algunos heridos graves, incluso sometidos a cirugía, no consignados en las actas preventivas policiales.
El caso que la abogada Ana María Figueroa le llevará hoy al juez Osvaldo Barbero fue dado a conocer por La Capital el 8 de julio pasado. Es el de los hermanos Rubén y Héctor Pinto. Rubén, de 18 años, recibió tres balas de plomo -dos en la cintura y una en el pie- por lo que fue operado y estuvo cinco días en un hospital. A Héctor -jugador de la 4ª división de Rosario Central- una munición de plomo le atravesó el tronco y quedó alojada en la nalga derecha. Tiene 20 años.
Ambos miraban los desmanes en Previsión y Hogar y Caoba, a 200 metros de su casa, cuando fueron heridos. Como los hospitales siempre reportan a la policía los heridos que atiende, la fuerza tuvo que haber recibido la información. Según la abogada Figueroa, nunca la comisaría de la jurisdicción reportó esos casos.
Barbero ya había detectado que la policía no informó sobre un caso similar: el de Julián Fabio, que sufrió un disparo de arma calibre 9 milímetros, similar a las de uso policial. Fabio, de 22 años, tiene secuelas físicas por la herida. Este joven se encontraba junto a los Pinto cuando los tres fueron baleados.
Ante el juez Barbero ayer declaró como testigo Sebastián Duré, un estudiante de 17 años, del mismo barrio, al que una perdigonada de posta de goma le provocó el estallido del globo ocular izquierdo.
El juez Barbero consideró que las omisiones de los sumarios -en todos estos casos- representan delitos colaterales a los investigados y no sólo se propone confeccionar una causa sino delegarla al juez de instrucción 14ª, porque se siente víctima -es decir, parte- de tal conducta. En su juzgado suponen que las omisiones son actos de encubrimiento de presunto actos policiales irregulares en esas jornadas. Barbero ya instruye una causa por el falseamiento de actas en el caso de Claudio Lepratti, asesinado el 19 de diciembre. En el sumario la policía indicó que la patrulla donde estaba el policía que efectuó el disparo mortal había sido apedreada y baleada previamente por las personas que estaban con la víctima. Pero una pericia de Gendarmería probó que el ataque no pudo provenir de la posición en la que estaban estas personas. Por lo que se presumió que el daño del móvil fue una maniobra para justificar la acción del policía que abrió fuego.



Los tres jóvenes muestran las cicatrices de los balazos. (Foto: Silvina Salinas)
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