Año CXXXV
 Nº 49.555
Rosario,
martes  30 de
julio de 2002
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Dos hombres armados concretaron un golpe en un autoservicio de Lima al 800
Asaltan un súper cuando llegaban tres proveedores: se llevan plata y un auto
Los distribuidores también resultaron despojados. Sustrajeron 8 mil pesos, tickets y un Volkswagen Polo

Un supermercado fue asaltado ayer a la mañana justo en el momento en que se encontraban en el local tres de sus proveedores, que automáticamente se transformaron en víctimas de los ladrones. El negocio, ubicado en Lima al 800, perdió 5 mil pesos con los que el propietario pretendía pagar a los vendedores. Uno de los pagos, que había concretado, fue el botín que los asaltantes le quitaron a uno de los proveedores, junto con otra cobranza de mil pesos. A otro distribuidor le quitaron el auto, un Volkswagen Polo en el que huyeron. En total, se llevaron unos 8 mil pesos y una cantidad no precisada de tickets.
Los ladrones, dos hombres de unos 30 años, habían entrado al súper bien temprano y compraron una gaseosa. Los comerciantes del barrio, desconfiados ante los desconocidos y con la percepción afinada por los constantes robos hormiga, sospecharon del dúo cuando uno de los miembros acomodó "algo" debajo de la sisa de la campera. En primer momento pensaron que había robado un desodorante, quizás porque estaba cerca de esa góndola, pero después del robo creían que, en realidad, el visitante había acomodado el arma con la que después los amenazó.
Cuando los ladrones volvieron no eran más de las 8.45. Llegaron detrás del proveedor de vinos Santa Julia, Gerardo Huber, a quien suponen vieron bajar de su auto Volkswagen Polo color gris.
Al entrar anunciaron que era un asalto y obligaron al dueño del negocio, Pablo Dri, de 38 años; su esposa, Miriam y tres proveedores a tirarse al piso y entregar todo el dinero con el que contaban.
Dri entregó los 5 mil pesos que tenía pensado pagar y los tickets de la caja. Al proveedor de La Virginia le robaron un pago de 1.900 pesos y otros mil que había cobrado antes, contaron los propietarios. Los otros dos vendedores no llevaban dinero en efectivo, pero uno de ellos fue obligado a entregar las llaves del auto en el que se fueron los ladrones.
La mujer de Dri, que es maestra, quedó paralizada al ver las armas. "Me dijeron que fuera para atrás, pero me quedé parada frente a las góndolas. No podía moverme", dijo. Miriam se largó a llorar de los nervios, pero no lo recuerda, como tampoco registró las amenazas que luego le contaron que recibió. "Decían que si no dejaba de llorar iba a ser la última vez", repitió incrédula.
El robo no duró más de 5 minutos y se desarrolló sólo en el frente del local. Tres empleados y algunos clientes, que se encontraban en la parte trasera del galpón, no llegaron a ver a los ladrones.
El comercio cuenta con custodia todos los días, pero a la tarde, ya que los robos anteriores, entre 3 y 5, ocurrieron en ese horario. Tiene una puerta de ingreso pequeña y un portón por el que habitualmente entran los clientes, pero que ayer estaba cerrado.
Al retirarse, los ladrones intentaron cerrar la puerta, pero el apuro y la cantidad de llaves los hizo desistir y escaparon en el auto del proveedor, que pudo volver a su domicilio, en San Lorenzo, por los propietarios del comercio.



Al proveedor de café le quitaron 2.900 pesos.
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