Año CXXXV
 Nº 49.555
Rosario,
martes  30 de
julio de 2002
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Cerró el arco
La prioridad de Newell's fue conseguir el empate

Luis Castro / Ovación

Empatar en el Monumental y nada menos que ante River, el último campeón y candidato a alcanzar el bicampeonato, es importante en la largada del Apertura 2002. Pero lograrlo con la ventaja de un hombre de más durante un tiempo deja algunos interrogantes a la hora de hacer un análisis con frialdad. ¿Newell's no supo aprovechar la ventaja numérica? ¿El respeto impuesto sobre el equipo del ingeniero fue demasiado? ¿Hubo demasiada mezquindad y falta de ambición en los dirigidos por Julio Zamora?
Algo de todo eso sucedió. El equipo de Julio Zamora privilegió el empate y se refugió atrás construyendo una muralla de contención. El plan original de conservar el cero en su arco se mantuvo inmodificable, lo mismo que sucedió en los cinco amistosos que jugó, a pesar de la expulsión de Celso Ayala sobre el final del primer tiempo. Tal vez, siempre hablando con el resultado puesto y con las secuencias finales del partido que tuvo al rojinegro como protagonista, si se hubiese atrevido un poco más, la cosecha de puntos, tal vez, habría sido mayor.
Once contra once, de visitante y ante un rival de jerarquía como el conducido por Manuel Pellegrini, es una cosa. Pero debería ser diferente cuando se tiene una ventaja numérica, sobre todo durante 45 minutos. Es cierto que en el fútbol cada uno tiene sus prioridades, y en el caso de Newell's la misma era no perder. Y eso no es malo. Cada uno es dueño de sus objetivos, más allá de que los mismos, teniendo en cuenta las declaraciones esbozadas en la etapa preparatoria, sean ser protagonistas del Apertura.
"Hay que ser conscientes de que ante River no podés regalarte. Es un equipo traicionero. Por el hecho de tener uno más no había que enloquecerse. Creo que hicimos un partido inteligente", reflexionaba Edgardo Adinolfi. Y como para ratificar aún más las intenciones rojinegras de no arriesgar demasiado y conformarse con un punto considerado de oro, el uruguayo sostenía: "Cuando no se puede ganar no lo tenés que perder".
El Negro Zamora resaltaba que se arriesgó "lo que se podía". Además de confesar que "ante los grandes hay que tener mucho cuidado". Cuidado que trató de mantener a lo largo de todo el encuentro y que le dio sus dividendos, según el objetivo leproso.
Newell's fue a Núñez en busca de una recompensa mínima: un punto. Tuvo grandes ventajas como para que fuera mayor. La prioridad era no perder. Y esa meta la alcanzó.
El viejo adagio popular reza que el que arriesga, gana. Los del Parque no se animaron quizás por temor a quedarse con las manos vacías, más aún teniendo en cuenta el peso del millonario. Para empezar está bien. Aunque en el pueblo rojinegro quedó un resabio de que el premio podría haber sido mayor.



Newell's se trajo un punto, pero le faltó mostrar audacia. (Foto: Marcelo Bustamante)
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