El no. Un seminario repasó la actualidad política

Foro en el frío de Ushuaia sobre una crisis que quema

Dirigentes y periodistas analizaron las causas y las posibles soluciones de la trágica realidad del país

Víctor Cagnín / La Capital

Entre las múltiples lecturas de los hechos de la semana que pasó, naturalmente, con epicentro en la decisión del gobernador Carlos Reutemann, está aquella que nos señala que la política, propiamente dicha, desplazó a la economía de las primeras páginas de los diarios.
Esto podría interpretarse como algo no gravitante ya que la economía rige la agenda de nuestros días, tal como profetizara aquel asesor de Bill Clinton durante la campaña presidencial de 1992. Sin embargo, desde otro lugar, puede significar o resignificarse como el inicio de un cambio de tendencia que nos conduzca hacia la tan pretendida salida.
Casi premonitoriamente, en los confines del planeta, Ushuaia (Tierra del Fuego), donde todo tiende a redimirse, el pasado fin de semana se realizó el seminario "Política y gobernabilidad", organizado por la Fundación Popular Iberoamericana, de España, y la Asociación Civil de Estudios Populares (Acep, de Argentina). El evento, realizado en el hotel Del Glaciar, lejos de los escenarios mayores, sirvió de faro a más de un asistente para comprender el drama sociopolítico del país y ayudar a develar algunos enigmas.
El panel "El rol de los medios de comunicación y la dirigencia política en la crisis" tuvo como ejes el proceso de concentración o creación de multimedios que se produjo en el país sin que mediara una profunda discusión legislativa; el modo en que la crisis económica lesionó seriamente a la libertad de prensa, obligando al cierre de numerosas empresas, y la falta de rigurosidad periodística.
En la mesa (integrada por Sergio Suppo, secretario de Redacción de la Voz del Interior; Julio Gutiérrez, diputado nacional del PJ, y Martín Piton, periodista de radio El Mundo) se citó también la falta de autocrítica de los medios por errores cometidos en el pasado y el mal uso de los medios por parte de los políticos.
A su turno, el diputado nacional Arturo Lafalla (PJ-Mendoza), al abordar el tema "Diálogo entre gobernantes y gobernados", puso en primer plano a la caída de la economía como el factor determinante en la ruptura de la relación de confianza entre unos y otros.
Lafalla obligó a reflexionar al auditorio sobre cómo todo lo político puede diluirse cuando la gente no encuentra respuesta a sus dificultades. Se apoyó en un informe de Carlos Fara, especialista en encuestas y estudios de opinión, quien dio cuenta de que en el tope de los reclamos de la gente hacia los políticos se encuentra la eficiencia y soluciones concretas a sus dificultades, y sólo en un segundo plano aparece la cuestión ética.
La intervención de Lafalla fue tan contundente que los demás oradores se vieron en dificultades para no caer en reiteraciones; tal el caso del diputado Angel Baltuzzi, quien pudo salvar su exposición dando cuenta de las iniciativas que viene plasmando el Congreso en torno a la reforma política: recortes en los tiempos de campañas, internas abiertas y simultáneas, etcétera.
El español Jorge Moragas, flamante secretario de Relaciones Internacionales del Partido Popular, hoy en el gobierno (quien venía de entrevistarse con los principales políticos del país), comenzó su discurso señalando que los argentinos deben poner fin a la etapa de autocrítica ya que -advirtió- un exceso de autoflagelación puede llevar a bloquear la autoestima y a perder la confianza.
"Si pierden la confianza en sí mismos, también la pierden afuera", sentenció. Para su recuperación, dijo que hacen falta inteligencia, realismo y ética. No dudó sobre la existencia de la primera de esas condiciones en Argentina, pero sí de las restantes. "El componente ético es fundamental para el que pretenda gobernar", dijo, y sugirió a los presentes que repararan en la actitud tomada recientemente por José María Aznar: "Cuando faltan dos años para que concluya su segundo mandato ya anunció que no quiere volver a postularse y ni siquiera caer en la tentación de arrepentirse".
Pocos días después, cuando el debate aún había decantado, muy lejos de Ushuaia, en la Casa Rosada, Reutemann anunció que no sería candidato. Una determinación que desata conjeturas y obliga a repensar la perspectiva futura del PJ, pero que nadie duda que se trató de un gesto con un enorme componente ético. Una dosis necesaria para comenzar a recomponer la confianza y para que la política retorne y recupere el tiempo perdido.