Año CXXXV
 Nº 49.533
Rosario,
lunes  08 de
julio de 2002
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La solidaridad sigue cubriendo los baches que deja la falta de aportes oficiales
Cómo hacer para que los ancianos coman mientras el Estado desaparece
Una cooperadora de Las Parejas apela a la creatividad para brindarles el almuerzo a 50 abuelos carecientes

Walter Gasparetti / La Capital

Las Parejas.- La asociación cooperadora Arturo Santantonio halló la forma de sostener un comedor comunitario que brinda el almuerzo a medio centenar de abuelos carecientes. A falta de aportes oficiales, los integrantes de la entidad siembran soja sobre las banquinas de la ruta, organizan juegos de azar y reúnen semanalmente las donaciones de vecinos que hacen su aporte solidario para mantener el servicio gratuito a los jubilados.
Una decena de hombres y mujeres llevan adelante esta cruzada, que comenzó casi en forma obligada cuando el Pami dejó de hacer los aportes económicos que permitían pagar los alimentos destinados al almuerzo, noticia que conocieron en septiembre pasado, cuando el servicio aún se brindaba en la parroquia local.
Sin embargo, el grupo le hizo frente a este destino de los abuelos y armó un comedor comunitario en un local comercial que la cooperadora había comprado en un remate. Allí, las comodidades alcanzan para que los ancianos, además de recibir un plato de comida, desarrollen su vida social.
La cooperadora hizo arreglos en ese local, donde anteriormente había funcionado un supermercado. Los trabajos permitieron construir una cocina y remodelar el sector del comedor, donde no falta un televisor que acompaña el mediodía. Los cooperadores estiman que la inversión final para dejar el local en condiciones fue de 80.000 pesos.
Esa cifra se volcó también en tareas de pintura y albañilería para contar con los servicios elementales de agua potable y gas natural. También se construyó una vereda y colocaron tres calefactores en el interior del inmueble, que cuenta con una superficie aproximada de 300 metros cuadrados.
El menú que se ofrece de lunes a viernes consiste en una suculenta sopa y otros platos como arroz, guiso y polenta. Y nunca falta una botellita de vino. "Sinceramente esto se parece a un restaurante", bromeó Elvio Cavallo, un integrante de la comisión.
El comedor, que lleva el nombre del actual cura párroco de Las Parejas, Arturo Santantonio, se mantiene con lo que se recauda por la venta de soja sembrada sobre las banquinas, la organización de juegos de azar y un aporte mensual de 20 pesos que hacen unos treinta socios, además de una suma fija de 300 pesos que aporta el club Sportivo. "Quisimos preocuparnos por estas personas y decidimos hacer algo para no abandonarlas. Hoy vemos con preocupación que en otras localidades de la región esos comedores que solventaba el Pami han cerrado y los abuelos se quedaron sin alimentos", explicaron Jorge Garelli y Javier Gaillard.
Los miembros de la cooperadora se distribuyen las tareas. Las mujeres atienden a los abuelos y los hombres se ocupan de recaudar fondos con el armado de los juegos, la siembra y otras actividades. "Todo esto lo hacemos mientras esperamos un resultado favorable de gestiones iniciadas por el senador (por el departamento Belgrano, Alberto) Crossetti", acotaron.
El trabajo gastronómico es complementado por dos cocineras. "Podríamos haber optado por entregar un bolsón cada 15 días, pero esto era más necesario. Aparte nos reconforta espiritualmente", agregaron los voceros del emprendimiento.
La tarea más difícil para los organizadores del proyecto fue la selección de los comensales. El problema radicaba en que el comedor se planificó para 50 personas y se inscribieron 150. La tarea de una trabajadora social dio prioridad a los casos más indigentes.
Un elevado porcentaje de los abuelos cobra una mínima jubilación de 107 pesos a través de la ley 5.110. "Este es un esfuerzo de la comunidad en su conjunto y por eso agradecemos a las personas a quienes se visita semanalmente para pedirles alguna colaboración que nos permita seguir", subrayaron, y remarcaron: "Esta obra es necesaria porque hay mucha gente que se quedó prácticamente en la vía. Y como se trata de una comunidad pequeña esta realidad se transforma en un golpe bajo que vemos a diario. Pero pensamos que se podría revertir y pusimos manos a la obra", remarcaron.



Un grupo de vecinos decidió organizar un comedor.
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