Año CXXXV
 Nº 49.532
Rosario,
domingo  07 de
julio de 2002
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Quebrada del Condorito: Colgados del aire
El majestuoso vuelo del cóndor es el principal atractivo del Parque Nacional

El Parque Nacional Quebrada del Condorito está situado al sur de la ruta que une Mina Clavero con Villa Carlos Paz, a 100 kilómetros de Córdoba. Su fauna es un verdadero mosaico de especies, en su mayoría ligadas con la región andina, entre las que se destaca el majestuoso cóndor, rey indiscutido del cielo.
La Quebrada del Condorito es una gigantesca grieta que algún milenario cataclismo produjo en la ladera oriental de la Pampa de Achala, en la provincia de Córdoba. Una formación semejante a una "V" de 800 metros de profundidad y 1.500 metros de separación en la parte superior de sus paredes.
Es un paisaje difícil de imaginar, donde enormes bloques de piedra se sumergieron en el abismo hace miles de años y en su lugar dejaron paredes verticales y desnudas, imposibles de escalar. En los espacios donde los desprendimientos han sido menos violentos, tabaquillos y maitenes tapizan las paredes humedecidas por las frecuentes neblinas y las vertientes que desde lo alto de la Pampa de Achala buscan llegar al río Condoritos, que rumoroso transita por el fondo de la quebrada.
La belleza natural y el imponente escenario llena de emoción al visitante que logra instalarse en El Balcón de la ladera sur de la quebrada. Y a los pocos minutos de permanecer en el lugar la majestuosidad del paisaje domina los sentimientos, sobre todo cuando aparece su legítimo y legendario dueño: el cóndor. Su color marrón y la prolijidad del juvenil plumaje nos indicará que el nombre que la quebrada lleva es bien merecido, por ser un verdadero criadero de esta especie que se encuentra en receso en toda la América del sur y que en este lugar está refugiada y en franca expansión.
Un tiempo después con su seguridad garantizada por las imprudentes incursiones de los ejemplares juveniles, aparecerán majestuosos los adultos. El penacho que adorna la cabeza de los machos es fácilmente distinguible a los 10 metros. Los cóndores comienzan a pasar en lentos vuelos, con sus patas colgando a fin de ofrecer mayor resistencia al aire y poder regular a gusto la velocidad. Si se pone atención también se podrá advertir la falta de copete y el vivaz rojo del ojo de las hembras. Si la suerte acompaña es posible distinguir a una treintena de ellos que regocijantes ejecutan una verdadera sinfonía de vuelos ante los ojos del turista, en un verdadero espectáculo de la naturaleza.
No se puede afirmar un horario para la observación como así tampoco asegurar su avistaje, ya que son muchos los factores que influyen para el mismo: temperatura, vientos y estado del tiempo en general.

Area protegida
Las 40.000 hectáreas del Parque Nacional Quebrada del Condorito son de jurisdicción federal, siendo la Administración de Parques Nacionales la responsable del manejo del área, por intermedio de la Intendencia del Parque Nacional Quebrada del Condorito. El área del parque comprende parte de la Pampa de Achala y quebradas que descienden de ella hacia el este. La Pampa de Achala es una altiplanicie extendida entre 1.900 y 2.300 metros de altitud, no es una "pampa" en sentido estricto, sino en relación a los territorios escarpados que la rodean.
Los proyectos Parque Nacional Quebrada del Condorito y Reserva Provincial de Pampa de Achala protegen ambientes, plantas y animales únicos de las sierras de Córdoba. Las 40.000 hectáreas del parque abarcan imponentes quebradas como El Condorito, Batán, del Sur, Corralejo y Yatán. A su alrededor, envolviéndolo, se extienden las 150.000 hectáreas de la reserva provincial. Ambos conservan así una porción importante de la Pampa de Achala y dos cerros agrestes, el de Los Gigantes, al norte y Champaquí, al sur.
En esta región las lluvias caen principalmente entre octubre y abril mientras en el invierno y comienzos de la primavera suelen ocurrir algunas nevadas, siendo frecuentes las nieblas y neblinas que constituyen un aporte adicional de agua, lo que determina que toda la Pampa de Achala constituya un área de captación de precipitaciones, nucleando numerosas cabeceras de cuenca.
La especie más conocida y cuyo nombre identifica al parque es el "cóndor". La Pampa de Achala es el área de distribución más oriental de esta gigantesca ave carroñera. También nidifica aquí el halcón peregrino y se han avistado ejemplares de cóndor real.
Pampa de Achala es habitada además por unas 30 especies de mamíferos no endémicos, entre ellos el puma y el gato montés. Otro residente de la zona es la yarará ñata, la única víbora venenosa del lugar. En tanto, de las numerosas especies de antrópodos se destacan por sus dimensiones los nidos y caminos de la hormiga cortadora colorada.
Como consecuencia de su ubicación geográfica, la provincia de Córdoba es un área de contacto de distintas corrientes florísticas: chaqueña, andina, patagónica, magallánica. Esto determina la cohexistencia de especies de orígenes muy diversos. Desde este punto de vista, las sierras representan un ambiente de particular interés.
Entre 700 y 1.300 metros de altitud se presenta el bosque chaqueño serrano con el molle, el coco y el orco-quebrado, como especies arbóreas dominantes. Entre 1.300 y 1.600 metros se destaca el matorral serrano o romerillal, que es una formación arbustiva dominada por el romerillo a quien acompañan diversos arbustos.
También los paredones rocosos de las quebradas y los afloramientos graníticos de la Pampa de Achala, aparentemente sitios desprovistos de vida animal y vegetal, representan hábitat muy diversos, capaces de sostener en sus grietas y fisuras una flora y una fauna de notable interés científico.
El hombre moderno que ve limitado su horizonte a pocos metros por las imposiciones arquitectónicas a que se va acostumbrando, encuentra y comienza a disfrutar aquí de la dimensión magnífica del paisaje. Los pastizales mecidos por el casi eterno viento de la pampa, le dan al horizonte la movilidad necesaria para que no permanezca estático.
En este mundo del silencio los atardeceres son imperdibles, es el momento en el que el sol se recuesta rojizo, desparramando su luz entre las nubes con el ondulado perfil de las cumbres de Achala. Y todavía queda tiempo para observar posada a lo lejos la atenta mirada del águila, que está pensando en irse a dormir, sin perder la esperanza de encontrar a un roedor nocturno que haya adelantado su salida y le sirva de alimento, el último del día.
La llegada de la noche regala un cielo increíble, tachonado de estrellas y de una luminosidad incomparable. Entonces sobreviene el convencimiento de que el mundo primitivo aún existe, aquí a sólo 100 kilómetros de Córdoba y que es posible disfrutarlo.



Aventuras en un gigantesco raja de 800 metros de hondo.
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