Año CXXXV
 Nº 49.525
Rosario,
domingo  30 de
junio de 2002
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Mercados: Una política monetaria insostenible

Salvador Di Stefano

El gobierno nacional interviene permanentemente en el mercado cambiario con el fin de sostener artificialmente el precio del dólar. En la última semana lo consiguió pero a un elevado costo: dejó de emitir, vendió reservas y colocó letras del Banco Central a tasas siderales. En primer lugar, en la semana que finalizó el gobierno no emitió dinero de curso legal, por lo que la iliquidez recrudeció ya que por otras vías sacó pesos del mercado local.
Las reservas no paran de caer, en el mes de junio se perforó la baja del stock de reservas de 10.000 millones de dólares, para ubicarse en 9.595 millones. La pérdida de reservas en lo que va de junio fue de 500 millones, producto de la caprichosa política de contener el tipo de cambio y financiar de esta forma la compra de dólares a los agentes económicos. Desde que asumió el presidente Duhalde la pérdida de reservas del BCRA es de 5.000 millones de dólares. Es evidente que la confianza es muy escasa y nadie quiere tener pesos en su poder y menos aún monedas secundarias cuyo valor se deprecia día a día.
La colocación de letras del BCRA en el mercado es un claro síntoma de que el gobierno se vuelve a equivocar y tropieza, una vez más, con la misma piedra. La autoridad monetaria cree que colocando deuda en el mercado a 14 días puede absorber pesos y contener la suba del dólar. No avizora que esto hace que la actual coyuntura sea más explosiva de lo que muchos creen.
Desde el 13 de marzo el BCRA tomó como política colocar deuda de corto plazo en el mercado, actualmente hay colocados 221 millones de dólares y 474 millones de pesos en letras. En grandes números, si dolarizamos lo que corresponde a pesos arroja un stock de 340 millones de dólares de colocaciones aproximadas.
Si de un día para el otro se corta este crédito las reservas caerían por ese monto, por ende las reservas netas serían de 9.595 millones de dólares menos estos 340 millones de dólares comprometidos: el resultado es un neto de 9.255 millones de dólares.
Pero lo peor no es el stock que se incrementa día a día sino la tasa que el gobierno paga por absorber esos fondos del mercado. La tasa en pesos es del 85% anual, y en dólares del 13% anual. Como la economía está pesificada, la tasa en pesos opera como costo de oportunidad para cualquier tipo de negocio. En realidad, con ese nivel de tasa no hay negocio que sea viable en Argentina y de seguir con esta política será imposible salir de la recesión.
Es tan claro lo observado, que el gobierno trata por todos los medios de empeorar la situación. En el nuevo plan monetario se propone emitir letras del BCRA por el equivalente a 2.900 millones de dólares, casi nueve veces más que el stock actual.
La pregunta obligada es: ¿alguien estudió a qué precio evolucionará la tasa si colocan esa inmensa cantidad de fondos? Nadie hasta ahora pareció tenerlo presente, pero si se sigue colocando deuda la tasa la pondrá el mercado y si bien hasta ahora el BCRA no esta en cesación de pagos, de seguir colocando letras a este ritmo terminará en default o en una mega emisión de pesos que haga que el dólar termine en un precio disparatado. A todo esto habría que sumarle que el sistema financiero atraviesa una crisis terminal. El gobierno dio redescuentos por 20.000 millones de pesos, que los bancos deben devolver en algún momento, y pagar una tasa de interés.
La segunda pregunta obligada es: ¿el sistema financiero puede pagar una tasa del 85% anual por redescuentos? La respuesta lógica sería un no rotundo, por lo tanto el sistema se dirige, más tarde o más temprano, a la nacionalización de los bancos que ya tienen un stock de redescuentos importantes otorgados. Si esas entidades son bancos oficiales, termina con una mayor presión tributaria para el sector privado que financiará la mala administración de entidades del Estado nacional o provincial.
El panorama no luce alentador, en el marco de una penosa política monetaria que trata de contener el precio del dólar cuando en realidad en algún momento el mercado se terminará sincerando.
Lo único positivo es la revaluación del euro: ya está uno a uno con el dólar y si un inversor cambió su posición a tiempo lleva ganado más de un 5% en dólares.
Esta semana los problemas de falta de transparencia y confianza derivados del mercado de capitales americanos complicaron más al dólar frente al resto de las monedas del mundo. Este es un dato positivo para el país, ya que cuando se devalúa el dólar en el mundo, los precios de los productos agropecuarios se recuperan.
George W. Bush y Eduardo Duhalde tienen problemas parecidos, ambos tienen monedas que se devalúan, y la confianza afecta a las dos economías. La única gran diferencia es el nivel de las reservas de ambas naciones americanas.


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