El Papa consagró a purpurados

El Sumo Pontífice seguirá gobernando la Iglesia hasta su muerte, afirmó enfáticamente su biógrafo

El Papa Juan Pablo II consagró a obispos y arzobispos ayer de distintas diócesis del mundo, durante la celebración de San Pedro y San Pablo, fecha en la que tradicionalmente se ordenan a los sacerdotes. Precisamente ayer se insistió que el Pontífice piensa seguir gobernando la Iglesia Católica hasta su muerte, según sostuvo ayer en el diario italiano Corriere della Sera su biógrafo oficial, Vittorio Messori, quien desmintió así los rumores según los cuales el delicado estado de salud del santo padre podría llevarlo a renunciar.
El Sumo Pontífice, de 82 años, que padece la enfermedad de Parkinson y artritis, seguirá siendo Papa "hasta que Jesucristo decida", dijo Messori, que no citó directamente a Juan Pablo II pero aseveró que sus fuentes eran seguras.
Por otra parte, el nuncio apostólico, monseñor Santos Abril y Castelló, expresó ayer un mensaje de "confianza y esperanza" a los argentinos y los instó a "no dejarse arrastrar por el desaliento", al celebrarse el Día del Pontífice, por la festividad de los santos Pedro y Pablo.
En declaraciones al programa Claves para un Mundo Mejor que emite Canal 7, el Nuncio dijo a los argentinos que "no pierdan la confianza en sí mismos, que no pierdan la esperanza, que no se dejen arrastrar por el desaliento".
"Esto es algo fundamental y todavía es posible esa esperanza. Hace falta mirar dentro de sí", sostuvo monseñor Abril y Castelló, al ser consultado sobre que consideraba que diría Juan Pablo II en estos días a los argentinos.
El Nuncio agregó que "hace falta mirar este pueblo que tiene recursos muy importantes. Saber mirar dentro con decisión de trabajo serio, de trabajo cada vez mas alto, y de atacar las causas por las que se ha llegado a la realidad actual".
Finalmente, el representante de Juan Pablo II en el país dijo que "el Papa tiene expresiones que son muy claras y lo dijo hace poco a los obispos: combatiendo esas causas que han llevado a esta situación triste en la que está la Argentina se puede empezar el camino del resurgimiento, de crear esa Argentina nueva y mejor que todos deseamos y el Papa el primero". (Télam)

Juan Pablo II presidió la ceremonia de consagración en la plaza San Pedro.