Año CXXXV
 Nº 49.521
Rosario,
miércoles  26 de
junio de 2002
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Arafat rechazó presiones de Bush para dejar el poder
Malestar de palestinos y satisfacción israelí por la propuesta de Washington

Ramalá, Cisjordania. - El presidente palestino Yasser Arafat recordó ayer que corresponde a su pueblo el derecho a elegir a sus dirigentes, en una respuesta tajante al mandatario estadounidense George W. Bush, el cual condicionó el lunes la reanudación de las negociaciones de paz en Medio Oriente a la instauración de una nueva Autoridad Palestina, que excluya del poder al viejo líder. La anunciada nueva política para Medio Oriente del presidente estadounidense provocó ayer rabia y desesperanza entre palestinos y en el mundo árabe, pero complació a Israel en momentos en que éste presiona con su ofensiva militar en Cisjordania. Arafat rechazó el llamado de Bush para que los palestinos lo remplacen con un nuevo liderazgo que no esté "comprometido con el terror", mientras Israel elogió el plan como prueba de que Washington respalda al primer ministro Ariel Sharon en su empeño por derrocar al presidente palestino.
Satisfecho con las palabras pronunciadas por el mandatario estadounidense el lunes, el gobierno israelí aceleró ayer su ofensiva militar en Cisjordania y ocupó la localidad de Hebrón, al sur. En una semana, el ejército ya se hizo con el control de siete de las ocho grandes ciudades de Cisjordania. Durante su entrada en Hebrón, el ejército israelí mató a cuatro policías palestinos y arrestó a más de un centenar de ciudadanos, según responsables de la seguridad local.

Aislado y con menos poder
Mientras tanto, Arafat, a punto de cumplir 73 años, afirmó rotundamente, tras reunirse con el jefe de la diplomacia francesa Dominique de Villepin en su cuartel general de Ramalá (Cisjordania), donde se encuentra de nuevo confinado por el ejército israelí, que corresponde al pueblo palestino y a "nadie más" el derecho a elegir sus dirigentes. "Esto debe ser decidido por mi pueblo y por nadie más", añadió respondiendo a la exigencia de Bush de convocar elecciones con el fin de alejarlo del poder.
Sin embargo, Arafat calificó de importante el discurso de Bush, ya que mencionó la creación de un Estado palestino. Bush impuso condiciones draconianas al apoyo estadounidense a un Estado palestino y exigió en nombre de la lucha antiterrorista y sin nombrarlo en ningún momento, que Arafat sea anulado políticamente y dé paso a nuevos líderes. Si esto ocurre se podrá crear un Estado palestino en tres años, según el mandatario. Bush recordó que su visión era la de "dos Estados que viven uno al lado del otro en paz y seguridad" y pidió a Israel "medidas concretas" con el fin de impulsar la creación de este Estado, por ejemplo que no se instale en los territorios ocupados como hace actualmente.

Cambio draconiano
Además, Bush condicionó el apoyo financiero estadounidense a la futura Palestina a la puesta en marcha de instituciones democráticas, subrayando que no tolerará un Estado que nazca "sobre las bases del terror". Estas palabras del presidente representan un cambio importante en la política estadounidense en Medio Oriente, ya que Washington admitió hasta ahora la legitimidad de Arafat a pesar de que Bush nunca ocultó que el líder palestino le inspiraba una total desconfianza y siempre se negó a recibirlo.
Reacciones radicalmente diferentes al plan de paz de Bush entre las partes en conflicto destacaron las profundas hostilidades que se han levantado durante 21 meses de sangrienta violencia.
Las organizaciones integristas palestinas Hamas y Jihad islámica rechazaron por su parte este discurso y prometieron que seguirán adelante con la resistencia armada contra Israel. Otras dos organizaciones radicales palestinas con sede en Damasco consideraron que este discurso era "desequilibrado".
De Villepin consideró en Jerusalén que el discurso del presidente estadounidense "tiene los mismos objetivos que Francia y la Unión Europea" (UE) aunque también estimó que "corresponde a los palestinos el derecho a elegir a sus dirigentes". El jefe de la diplomacia francesa indicó que Arafat le confirmó durante su encuentro que las elecciones presidenciales y legislativas se celebrarán en enero y que unos comicios municipales tendrán lugar en marzo.
El dirigente palestino Saeb Erakat afirmó que Arafat había aprobado estas fechas pero que no había firmado todavía los decretos correspondientes.
Por último, en la franja de Gaza, un miembro de la Jihad islámica fue abatido ayer después de haber lanzado granadas contra un control del ejército israelí. (AFP y Reuters)



El ejército israelí volvió a reocupar Cisjordania.
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