Año CXXXV
 Nº 49.520
Rosario,
martes  25 de
junio de 2002
Min 7º
Máx 19º
 
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cartas
Coca en el autobús

Ahora, Coca se traslada en un autobús. Cambió los viejos e incómodos colectivos de Rosario, por los modernos y seguros de Barcelona. Este medio de transporte no solo se diferencia por su confort, sino también por su manejo. En aquella ciudad de España, los choferes no llevan las puertas abiertas con el coche en movimiento ni arrancan antes que los pasajeros suban; tampoco insultan al usuario. Allí, las "cosas" funcionan como en el primer mundo, o sea, funcionan bien. No existe la humareda de los caños de escape que contaminan, ni el ruido ensordecedor de los frenos. Las puertas son anchas y no angostas, como en la ciudad cuna de la bandera, para el ascenso o descenso de pasajeros. ¿Es el empobrecimiento de Argentina el culpable de todos los males? ¿Por qué en Barcelona los autos nunca se estacionan en las paradas de autobuses? ¿Por qué los choferes detienen el autobus junto al cordón siempre? ¿Por qué no manejan a altas velocidades? ¿Culpa de la"maldita plata"? La calidad de vida de Coca, sin duda, aumentó en esa lejana ciudad y eso lo experimenta también en otros aspectos. Pero esto la alegra y, a su vez, la entristece; porque es su país, donde nació, el que debería brindárselo. Y no otro país situado a 12 mil kilómetros quien la haga sentir una ciudadana. Pero esto es así y parece que seguirá siéndolo más allá del año 3320. ¿No te parece?
Daniel Marocco


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